El Athletic Rompeolas afronta las últimas cuatro jornadas con la salvación en el bolsillo tras doblar el número de puntos y triplicar el registro de goles a favor

José Manuel encara al central dal borde del área.

ZARAGOZA. Bendita tranquilidad en el final de la temporada. Ha costado, pero ya está aquí. El Athletic Rompeolas afronta, a partir de este domingo, la primera de las cuatro últimas jornadas de Segunda Preferente y lo hace instalado en la zona templada de la clasificación. Con opciones de ganar algún puesto en la tabla, también de perderlo, pero ya sin peligro de enfangarse en el descenso, al margen de las situaciones límite que sólo contemplan las matemáticas.

Y esta situación casi idílica, visto el sufrimiento de la pasada campaña, sólo ha sido posible gracias a otra estupenda reacción del Rompeolas en la segunda parte de la competición (y van unas cuantas). Arrancó el motor tropezando en la misma piedra del Porvenir y luego gripó frente al Mortis. Dos derrotas consecutivas y muchas dudas antes de alcanzar el primer triunfo en un partido sufrido frente a La Parada Deportivo Onairam.

Ante la sempiterna escasez goleadora, el Rompeolas al menos afiló las garras en defensa y se convirtió en el segundo conjunto menos goleado. No era capaz de ganar, pero al menos no dejaba de sumar. Y lo hacía frente a equipos de la talla del Intersport Leciñena, Olímpico Torrero y Veteranos Garrapinillos. Cada gol a favor se sufrió como un cálculo renal. En ese periodo se dio a conocer como el Athletic Sensaciones, porque jugaba mejor de lo que la clasificación decía.

Pero los por entonces blanquinegros afilaron el colmillo y engancharon una racha de 13 puntos de 15 gracias en gran medida a que José Manuel se destapó como un goleador incontestable. Partiendo desde atrás y haciéndose cargo también de la organización del juego, el 9 del Rompe ha ido agrandando su figura hasta convertirse él mismo en la auténtica sensación. Diez goles en catorce partidos o, lo que es más espectacular, diez goles en 974 minutos, un tanto cada 97 minutos. En esa tarea tan ardua de ver puerta se ha sumado también de forma decidida Santi Mur, que lleva siete dianas, cinco en los últimos seis partidos. A la foto del podio llega in extremis Posadas con sus dos tantos de la pasada jornada con los que suma cinco y le sirven para adelantar a Joaquín (4) y Dennis (3).

El destape goleador del Rompeolas es incontestable: si en las primeras ocho jornadas de la primera vuelta logró ocho tantos, en esos mismos encuentros de la segunda vuelta hizo veintiuna dianas. El pero reside en que la antigua seguridad defensiva se ha esfumado y de haber encajado once goles en aquellas primeras ocho jornadas, se ha pasado a recibir dieciocho. Y ello no se ha debido a arriesgar más, sino a defender peor, porque la mayoría de esos tantos han sido a balón parado. Dos de los tres del Garrapinillos, el del Olímpico Torrero (pifia arbitral mediante), uno de los dos del Olé, los dos del Estudiantil…

Después de haber puesto tierra de por medio con la zona de peligro, de donde tanto ha costado despegarse, ahora el Rompeolas afronta la última curva de la competición con la posibilidad de redondear una buena temporada si mantiene la tensión. No lo tendrá fácil porque le vienen dos de los conjuntos más en forma de Segunda Preferente, La Tasquilla de Ramona y Vicente (cinco últimos triunfos consecutivos y ocho jornadas sin perder que le han metido de lleno en la pelea por el ascenso) y la AD Urriés (con una racha increíblemente calcada a la de La Tasquilla, cinco últimos triunfos consecutivos, ocho jornadas sin perder y última derrota sufrida el día de Reyes también por 5-0). Pero de momento, mañana visita el campo del Giner el Salamero, ya descendido a Segunda Laboral, con muchos problemas para incluso completar un once. La cita servirá para ver el debut en las filas locales de Pedro Navarro, último fichaje antes del cierre del mercado. Y de postre habrá almuerzo oficial del club.