Sporting Oliver 0 Athletic Rompeolas 3
Ya saben lo que es ganar
El Athletic Rompeolas logra frente al Sporting Oliver su primer triunfo de la temporada gracias a dos tantos de Dani y uno de Posadas
Los blanquinegros, con 11 justos, aguantan el prometedor inicio local y sentencian al contragolpe con dos genialidades de sus delanteros

Dani sale corriendo tras lograr el definitivo 0-3, segundo de su cuenta particular, ante la alegría de Ángel, brazos en alto.
Sporting Oliver 0
Manuel Cabezón; José Gutiérrez (Alfonso Blasco, 61), Roberto Esteban (David Rivera, 67), Rafael García (Elías Jiménez, 56), Ricardo González; Óscar Vieira, Juan Giménez, Francisco López, Juan Esteban, José Vázquez; Sergio Pastor.
Athletic Rompeolas 3
Dani Laparra; David Orcajo, José Antonio, David González, Kike; Pablo, Rober, Héctor, Ángel; Posadas, Dani.
Goles: 0-1, min. 37: Posadas. 0-2, min. 65: Dani. 0-3, min. 68: Dani.
Árbitro: Víctor Belsué. Mostró cartulinas amarillas a los locales José Vázquez y Ricardo González y a los visitantes Pablo, Kike y Ángel.
Incidencias: Partido correspondiente a la séptima jornada de la Laboral Segunda Preferente disputado en una mañana soleada en la que volvió a soplar el cierzo una vez más. El Athletic Rompeolas comenzó el partido con sólo 10 futbolistas por el retraso de Rober, que se incorporó al juego en el minuto 1. Iñaki, Visiedo y ‘Chichín’ acudieron a presenciar el partido, así como uno de los hijos de Dani Laparra, que calentó a su padre
CDM OLIVER. Ha costado casi dos meses pero ya está aquí: el primer triunfo del Athletic Rompeolas en la Laboral Segunda Preferente 2017/18. Llegó de manera apurada, como no podía ser de otra manera, y eso pese a la rotundidad del 0-3 final, algo engañoso por el mayor dominio y mejor inicio del Sporting Oliver, que se abalanzó sobre el conjunto blanquinegro, en inferioridad numérica durante el primer minuto de juego hasta que apareció Rober a la carrera, con su sudadera y la llave del vestuario en la mano.
La estampa anunciaba otra mañana de penitencia con otra convocatoria ajustada al máximo que incluso esta vez contó hasta el último momento con la incógnita de si sumaría once. Once sumó con David Orcajo arrastrando su lesión muscular una semana más, con Posadas aguantando su golpe en las costillas y con Héctor apretando el coxis.
Llegó tarde Rober y tardó aún más en entrar en calor, mientras los locales desparramaban todo su gas con un juego alegre y combinativo gracias a su dominio en el centro del campo bajo la dirección de Ricardo González, capitán del Sporting Oliver que lo mismo lleva la batuta del juego, corrige los desajustes, da pausa al juego y hasta abronca a los suyos si lo cree oportuno.
Durante ese primer tramo de hostigamiento, con repetidos balones colgados al área y varios disparos desde la frontal, el portero Dani Laparra volvió a exhibir la seguridad de la hace gala cada vez que se asoma esta temporada a la titularidad del Rompeolas.

Dani Laparra, que regresaba a la portería del Rompeolas, palmea para despejar a córner un balón que iba directo a la red.
Las penetraciones de Francisco López por la banda izquierda desarbolaron a un maltrecho David Orcajo, muy justo físicamente, que encima se pegó un trompazo al estilo Humor Amarillo contra una valla publicitaria. Al Rompeolas le venía justo para sostener la línea defensiva cerca de la frontal del área y despejar como podía. Pero detrás de esa superioridad, el Sporting Oliver escondía una enorme debilidad: su balance defensivo. Podría decirse que, además de atacar e ir a por el partido, mantenía la posesión de la pelota para protegerse. Debilitado por las ausencias, la talla de la zaga de los del barrio Oliver ha menguado varios enteros con la baja, por ejemplo, del central Elías. Tampoco andan sobrados en ataque, pues como delantero centro actuó Sergio Pastor, seguramente en un intento de hacer buena su corpulencia.

Dani Laparra, rodeado por una nube de jugadores, sale para despejar con apuros otro balón colgado en su área.
La primera salida desde atrás y con criterio del Rompeolas fue un fogonazo en medio de la oscuridad. Héctor recibió de espaldas en la banda derecha y retuvo el esférico hasta que vio vía libre para un pase óptimo atrás para José Antonio, otro zurdo que cambió el sentido del juego hacia el costado izquierdo, por donde merodeaba Posadas, que ya olfateaba la flaqueza de su rival. El delantero blanquinegro ató la pelota a su bota derecha, se fue de dos defensores con una facilidad insultante y apuró su conducción hasta la frontal del área, donde fue derribado sin miramientos. No pasó de ahí, pero el camino ya estaba marcado.
Como esos senderos alternativos que acaban trazándose en la hierba de los parques por el paso reiterado de la gente, Posadas dibujó su propio trazado por aquella parte y en la siguiente acción ofensiva envió un chut al palo. El Rompeolas se animó todavía más cuando Héctor robó el esférico en la zona de tres cuartos de campo y ensayó su clásico tirito que casi bota antes de llegar centrado a las manos del portero.
Los locales seguían dominando, pero ahora ya cada pérdida suponía un contragolpe a su espalda. Rober envió un balón en largo al espacio y Dani no supo resolver delante del portero del Sporting Oliver. Escorado junto a la línea de fondo y sintiéndose presionado como si cientos de ojos esperasen lo mejor de él, intentó al menos enviar un centro al área y acabó enviando la pelota fuera, seguido de un concluyente «¡mierda!». Quién iba a pensar en ese momento que aquella iba a ser su mañana.
Los amarillos siguieron dándose de bruces contra un muro y el paso de los minutos equilibró la diferencia del principio. En el minuto 37, el Rompeolas dio un vuelco al encuentro: Ángel, entonado y combativo, metió un preciso pase raso en diagonal a Posadas, quien, previo recorte de rigor, se escapó de todos hasta plantarse delante de Cabezón y batirle por abajo, 0-1.

Posadas y Dani celebran el 0-1. Y por delante de ellos, el defensa local José Gutiérrez muestra su decepción.
A la vuelta del descanso el Rompeolas esperaba una tormenta y se pertrechó atrás. El Sporting Oliver respondió a la expectativa y puso cerco al área de Dani Laparra. Acumuló aproximaciones y balones colgados al área, faltas lejanas y envíos que muchas veces quedaron demasiado largos. Volvió a faltarle pegada frente a un rival que exprimió lo pocos recursos con los que contaba. David Orcajo ya no se veía con fuerzas ni para mantener el tipo en defensa y pidió un intercambio de posiciones con su compañero de banda Héctor. En realidad acabaron los dos replegados en el lateral derecho.
El empate podía llegar en cualquier momento. El conjunto local movió su banquillo pero sus intentonas seguían languideciendo al borde del área. Pablo y un kamikaze Kike vieron la cartulina amarilla. El Rompeolas parecía abocado a la pira de otro sacrificio cruel. Pero entonces surgió la chispa entre sus dos delanteros. Habituados a hablar idiomas distintos, a convivir en el campo como dos autistas, esta vez Posadas y Dani crearon dos obras de arte que liquidaron al cuadro local. En el minuto 65, Posadas recibió de su compañero un pase raso al pie, como a él le gusta, y se inventó una pared a la espalda de los centrales, lo que dejó solo a Dani delante del portero local. Ahí el ariete de los blanquinegros se relame. Es ver un balón botando y se licúa. La picó por encima y salió corriendo a celebrar su nuevo tanto con su amigo Jesús, al mando en el banquillo.
Sólo tres minutos después, y con la defensa local abierta en canal, la extraña pareja volvió a hacer de las suyas repitiendo el patrón: recibió Posadas y convirtió una pared en una asistencia a Dani, que, en carrera, golpeó de forma magistral de rosca, lo que elevó el balón nuevamente por encima de Cabezón, 0-3.
En el siguiente contragolpe, ambos protagonistas cambiaron los papeles. Dani se puso a pasar y Posadas esperó la asistencia. La cosa no salió nada bien. Mejor cada uno a lo suyo…