Athletic Rompeolas 3 Veteranos Garrapinillos 2
El Athletic Rompeolas corta la racha del líder
Los de Kike derrotan bajo la lluvia al CD Veteranos Garrapinillos en un duelo emocionante lleno de alternativas y jugadas polémicas
Joaquín adelanta a los locales, Jorge Blasco pone la emoción con dos tantos, uno de penalti, y Posadas resuelve con un remate de cabeza y una preciosa vaselina al contragolpe

ATHLETIC ROMPEOLAS. Raúl Blasco, del Veteranos Garrapinillos, envía un pase cuando Julio le sale al paso.
Athletic Rompeolas 3
Pablo; Ernesto, José Antonio (David Orcajo, 38), Kike, Mario; Arrébola, Julio, David González, José Miguel (Ángel, 74); Joaquín, Posadas.
Veteranos Garrapinillos 2
Sergio Blasco; Capapé, Lacabe, Juan García, Rico (Urrea, 58); Embid, Raúl Blasco, Jorge Blasco, Míchel (Melus, 41); Israel (Martínez, 65), Cambra (Néstor García, 79).
Goles: 1-0, min. 2: Joaquín. 1-1, min. 55: Jorge Blasco. 2-1, min. 57: Posadas. 3-1, min. 70: Posadas. 3-2, min. 74: Jorge Blasco, de penalti.
Árbitro: Zúñiga Rojas. Según recoge el acta, mostró cartulinas amarillas a los locales Jesús, David Orcajo, Posadas, Pablo y Julio y a los visitantes Urrea y Martínez.
Incidencias: Mañana lluviosa. Iñaki y Visiedo presenciaron el partido desde la banda y Alberto y Jesús completaron nuevamente el banquillo.
GARCÍA TRAID. El Athletic Rompeolas sorprendió al CD Veteranos Garrapinillos, líder de la Laboral Segunda Preferente, con un partido eléctrico de ida y vuelta disputado bajo la lluvia y repleto de oportunidades y jugadas polémicas que terminó resolviendo con dos zarpazos al contragolpe protagonizados por su ariete Posadas.
Se esperaba con mucho respeto la visita del conjunto del barrio rural, lanzado como venía en lo más alto de la clasificación tras siete jornadas invicto (seis victorias y un empate) y tres triunfos consecutivos a domicilio por el mismo resultado (2-3). El temor era creciente dada la manifiesta debilidad que venía mostrando desde hace semanas el cuadro de Kike, perdido en una deriva de convocatorias apuradas y partidos sin alma de la que amagó con salir la pasada jornada frente a Las Cañas, aunque un error en los minuto finales echó por tierra todo el esfuerzo.
La actitud de brega constante mantenida hasta ese disgusto final marcó el camino. Ahí pudo empezar a ganar el partido frente al mejor equipo hasta el momento de la segunda categoría del fútbol laboral en Zaragoza.
Porque lo cierto es que el Rompeolas salió muy concentrado y bien colocado. Y eso que comparecía con un centro del campo inédito formado por Julio y Arrébola (este último habitual paradigma del desorden) en el eje, con David González y José Miguel por las bandas.
A los dos minutos Posadas filtró un pase interior hasta el borde del área para el acostumbrado derroche físico de David González, pero éste controló de forma defectuosa y el balón quedó suelto. Joaquín fue el más vivo. Se acomodó la pelota a su pierna izquierda y chutó al palo corto. Sergio Blasco tocó el esférico, pero no pudo evitar que entrase, 1-0.
La osadía despertó al líder, que comenzó a acaparar el balón en el centro del campo bajo la batuta de su director Raúl Blasco y la escolta siempre atenta en las coberturas de Embid. Así registró sus primeras llegadas al área de Pablo, demasiado ansioso por ayudar a los suyos con sus salidas felinas por alto.
En el segundo sobresalto de la mañana, el balón mojado y la falta de precisión del arquero dejaron en bandeja el empate a Cambra, quien, en posición muy forzada, sólo acertó a rematar fuera con la puntera de su bota derecha.
Pero los locales seguían sorprendiendo al contragolpe a la zaga rojiblanca. Un chut de Posadas acabó nuevamente en los pies de Joaquín, quien cruzó para José Miguel. El atacante rompeolense, con todo a favor para probar fortuna, se sacó un tiro que volvió al imán del 19, que casi bajo la portería se dejó caer ante la estirada de Lacabe. El Rompeolas pidió penalti con ahínco, pero la imagen parece demostrar que en esa jugada no hubo nada punible.

ATHLETIC ROMPEOLAS. Joaquín (19), casi debajo de la portería, no llega a conectar el fallido remate de José Miguel.
Quizá fue de los escasos aciertos del señor colegiado, Zúñiga Rojas, que sumió a ambos equipos en un desconcierto de decisiones inexplicables. Como la de no permitir el reingreso en el campo de Arrébola, pese a que el balón había cambiado varias veces de dueño y se encontraba lejos de su posición. Como señalar faltas en el centro del campo a favor del infractor. Como la del penalti no señalado al central José Antonio por golpear dentro del área a Cambra.
Vaya si hubo contacto, se pudo oír en todo el campo. Incluso el defensa del Rompeolas, el infractor, tuvo que retirarse lesionado por un pinchazo en la parte posterior de su rodilla derecha derivado de esa acción. Fue una lástima porque ello obligó a Arrébola, muy centrado hasta entonces en su novedosa posición, a cubrir su baja en el eje de la defensa. David González se colocó en el centro y David Orcajo taponó la banda izquierda.
En el segundo tiempo, el CD Veteranos Garrapinillos recuperó el tono, adelantó unos metros sus líneas y se apoderó aún más de la posesión. Con ello aumentó las llegadas al área de un Pablo tan osado como fallón en las salidas. En una de ellas, Arrébola salvó con el cuerpo lo que ya parecía el empate. En otras, sólo la fortuna evitó que los rojiblancos sacasen tajada.
Lo inevitable terminó por llegar en el minuto 55, cuando una nueva pifia en otra salida alocada del guardameta local dejó el balón a los pies de Raúl Blasco, que disparó con decisión sobre el cuerpo de Kike. Cambra recogió el esférico y chutó dentro del área pequeña, pero un felino Pablo enmendó su error con un paradón, pero su despeje fue aprovechado por un atento Jorge Blasco, que entonces sí envió a las mallas, 1-1.
Olía a remontada. El mazazo había borrado de un plumazo el eco de las palabras pronunciadas por Mario en el vestuario durante el tiempo de descanso. El «esto no se nos puede escapar» respondía a las buenas sensaciones propias ofrecidas durante el primer tiempo, seguridad y contundencia, pero entonces quedaba todavía mucha tela por cortar.
Sin apenas tiempo para venirse abajo, la conexión Joaquín-Posadas funcionó a la perfección en un contragolpe llevado por el atacante zurdo por su banda favorita. Apuró la carrera hasta el área y su centro fue rematado de cabeza por el goleador del Rompeolas entre dos defensores. 2-1. Habían transcurrido dos minutos escasos desde la igualada.

ATHLETIC ROMPEOLAS. Joaquín saca brillo a la bota con la que Posadas se inventa la espectacular vaselina del 3-1.
Los de Garrapinillos volvieron inmediatamente a la carga. Jorge Blasco centró hacia Israel y el delantero visitante se encontró con los excelentes reflejos de Pablo bajo los palos. El líder, más acostumbrado a poner los partidos a punto de caramelo y luego sentenciarlos con dentelladas al contragolpe, ponía toda la carne en el asador y descuidaba su parcela defensiva.
Así se vio en el minuto 70, cuando Posadas, ya en campo rival, ganó la espalda en velocidad a su marcador y con sumo temple salvó la salida de Sergio Blasco con una preciosa vaselina, 3-1. El banquillo visitante reclamó con insistencia posición de fuera de juego, pero desde el banquillo local lo que se observó es que Posadas comenzó la carrera por detrás del central implicado y en unas pocas zancadas lo sobrepasó sin apenas dificultad.
La brecha en el marcador podía aportar serenidad a los de Kike, pero el árbitro se encargó ponerle picante al choque castigando con penalti una acción en la que el portero Pablo, dentro del área, sacó el balón con una de sus manos y luego el delantero Jorge Blasco hizo por caerse al sentir el contacto. La interpretación puede entenderse como interesada, pero los testimonios de ambos protagonistas (según se comentó después del partido) lo dejan claro: No debió señalarse.
En cualquier caso, Jorge Blasco metió presión con su segundo tanto de la mañana. Y lo cierto es que el empate no llegó de milagro: Cambra, en carrera, remató de primeras un centro desde la derecha. Pablo lo sacó con sus pies sobre la misma raya.
El delantero del Veteranos Garrapinillos se marchó lesionado del campo rumiando la ocasión definitiva para haber equilibrado nuevamente el resultado.
Los últimos minutos la defensa del Rompeolas, o sea, los once sobre el campo, se convirtió en un frontón contra el que darse de cabezazos. La victoria local y el final de la racha del cuadro visitante fueron ya inamovibles.

