Ocasión perdida
El Athletic Rompeolas perdona numerosas ocasiones en el segundo tiempo y no pasa del empate frente al colista
CD Huracán 1
Daniel Rodríguez; David Berne, Víctor Vela, Cristian Aventín, Daniel Camerano; Diego Barrio, Andrés Calvo, Israel Roig, Bruno Sostre; Sergio Castillo, Alberto Loras.
Athletic Rompeolas 1
Adrián; Daniel Pablo, David González, José Antonio, Joaquín; David Soriano, Rober (Posadas, 52), Juan, Denis (Toño, 40); José Manuel (Ernesto, 71), Santi Mur.
Goles: 0-1, min. 27: Joaquín. 1-1, min. 36: Sergio Castillo, de lanzamiento de falta.
Árbitro: López Sánchez. Mostró cartulinas amarillas al local Sergio Castillo y al visitante David Soriano. En el acta señala con un asterisco el cambio de última hora en el once titular del Rompeolas. Denis, que sólo podía jugar el primer tiempo, llegó con el tiempo justo, cuando el árbitro ya había comenzado a rellenar el acta y por eso Toño, que iba a ser titular, fue reemplazado por el 13 del Rompe. López Sánchez también hace constar su malestar por la falta de agua caliente en las instalaciones de María de Huerva: «Es la segunda vez que dirijo un encuentro en estas instalaciones y ninguna de las dos veces he podido ducharme por carecer de agua caliente en el vestuario. ¡Rogaría tomen medidas para días sucesivos!», escribió.
Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de Segunda Preferente. Mañana soleada y temperatura agradable, impropia de mediados de diciembre. El Athletic Rompeolas vistió su uniforme de respeto: camiseta blanca y pantalón y medias negros. Formaron parte de su convocatoria, aunque no llegaron a jugar, Ángel y Mario (ambos calentaron en la banda), Kike y Alberto.
MARÍA DE HUERVA. De poco o nada sirvieron esta vez ni la precaución de estudiar al rival, ni la consecuente adopción de las oportunas variaciones, ni se notó en exceso su condición de colista tras haber sumado únicamente tres de los veintisiete puntos disputados, ni su extrema debilidad defensiva (cuarenta goles encajados en nueve partidos).
Tampoco resultaron la seriedad defensiva de los dos centrales blanquinegros más la seguridad del portero Adrián, ni el contar con una nutrida convocatoria de dieciocho efectivos, ni el poner toda la artillería ofensiva sobre el campo, ni el haber contado con un gran número de ocasiones, sobre todo en el segundo tiempo con la entrada de Toño y Posadas. Nada de eso fue suficiente para lograr el triunfo frente al CD Huracán y el empate a uno final, establecido ya en el primer tiempo, tuvo que verse incluso con cierto alivio porque los locales tuvieron el triunfo en el último instante.
José Manuel trata de meter un pase a Santi Mur antes de la salida del central Aventín
El planteamiento del Rompeolas fue por un lado prestar especial atención a los dos puntos fuertes del conjunto local, el delantero Sergio Castillo, autor de trece (ahora ya catorce) de los diecinueve (ya veinte) goles de su equipo, y Diego Barrio, «Taxo», la referencia en el centro del campo. Y por el otro, explotar la endeblez defensiva de un conjunto que hasta ahora lleva 4,4 goles encajados por partido con envíos a la espalda y penetraciones por las bandas.
Las notas previas quedaron en papel mojado porque ni la zaga local era tan vulnerable como parecía, ni Castillo estaba tan solo arriba, que le acompañaba Alberto Loras, ni el ataque del Rompeolas se mostró demasiado fluido. En los primeros compases, los blanquinegros se mostraron cómodos en la construcción del juego y movieron la pelota desde atrás con paciencia. Soriano y Rober recibieron muy sueltos, aunque luego las conexiones con José Manuel, Santi Mur y los jugadores de banda no funcionaron como se esperaba porque hubo demasiados errores y faltas de entendimiento en los pases.
El ariete del CD Huracán Sergio Castillo, atado en corto hasta entonces por David González y José Antonio, retrasó su posición para ayudar a su centro del campo y de paso burlar la vigilancia a la que estaba siendo sometido.
La sensación de superioridad de los visitantes no se tradujo en llegadas especialmente claras. Santi Mur se dio cuenta de que la lentitud de los dos centrales rivales que le habían vendido no era tal y no logró despegarse del marcaje de Aventín (6), quien se empleó a fondo para taponar las vías de agua, que haberlas hubo. José Manuel apenas encontró su sitio entre líneas y, únicamente Juan, en un estado de forma excelso, le dio profundidad al juego con varias incursiones por la parte derecha.
Por su parte, Denis volvió a hacer la guerra por su cuenta. Desaprovechó su banda izquierda y se fue a apelotonar al centro y acaparó el balón en demasía cuando la mejor opción era el pase. Pero, en realidad, las mejores ocasiones llegaron fruto de su anarquía. Un tiro desde fuera del área (los demás apenas lo intentaron), una incursión por la banda derecha con disparo final que se marchó cruzado y alguna que otra diagonal hacia el centro con la que desbordó el sistema defensivo de los avispas.
De un saque de esquina suyo precisamente llegó el 0-1 y la esperanza de que el juego gris visto hasta entonces mejoraría. El envío del 13 del Rompe al segundo palo no fue convenientemente despejado por un zaguero local, lo que permitió a Joaquín conectar un zurdazo desde el borde del área que se fue directo a la escuadra opuesta del portal de Daniel Rodríguez.
Joaquín engancha el balón tras el despeje defectuoso y lo pone en la escuadra
La ventaja no aclaró las ideas de los visitantes, que se lanzaron al ataque creyendo que el Huracán ya era una presa acorralada. El lateral derecho Daniel Pablo era un potro desbocado por irse al ataque sin medida y los tres del centro del campo perdieron la posición y facilitaron los contragolpes de los avispas comandados por Castillo. En el primer aviso, el conjunto local forzó una falta dentro del área por juego peligroso de Daniel Pablo.
En esta jugada volvió a vivirse una escena increíble. Un jugador del CD Huracán se incrustó en la barrera del Rompeolas, escena habitual hasta el cambio de la norma, sin que el árbitro se percatase de la infracción. Sólo la iracunda reacción del banquillo del Rompeolas, con invasión del campo incluida, hizo que López Sánchez obligara al futbolista a abandonar esa posición ilegal. En su lugar, se situó por delante de la barrera —un metro según la medida del juez de la contienda— y el disparo acabó impactando en los jugadores del Rompe.
Fue el preludio del empate. Otra pérdida en medio campo, otra vez el centro del campo blanquinegro fuera de sitio y otro contraataque que David González y Daniel Pablo trataron de cortar lanzándose al suelo dentro del área. El árbitro entendió que la caída del atacante avispa se debió a una falta fuera del área, aunque desde la banda pareció que no hubo nada y, en todo caso, sucedió dentro del área.
Apreciaciones al margen, Sergio Castillo echó mano de su repertorio de golpeos y se sacó un lanzamiento templado de rosca que, con una facilidad pasmosa, superó por fuera la barrera del Rompe y fue inalcanzable para Adrián, que en dos jornadas consecutivas ha encajado dos goles de falta.
En el segundo tiempo el Rompeolas mejoró su versión ofensiva con las variaciones de posición de Santi Mur y Juan y la entrada de jugadores como Posadas y Toño. El primero provocó varios aspavientos en el despoblado banquillo local con cada control imposible, cada recorte a ras de una nube de piernas y cada quiebro desequilibrante.
La nueva disposición le dio mayor control a los blanquinegros y más profundidad por las bandas. Toño sí aprovechó el costado izquierdo pese a jugar a pierna cambiada y puso varios centros peligrosos. Santi Mur se mostró más incisivo por ambos costados y Juan cumplió con nota la difícil tarea de cubrir la grieta cada vez mayor entre un ataque echado al monte y una defensa acogotada atrás ante la amenaza constante de la dupla Castillo-Loras.
Hubo desborde y llegadas. De Toño y Santi Mur, en velocidad, por las alas. De Posadas, por el centro y el sector izquierdo, a base de recortes y regates. De David Soriano, también por el carril central, con carreras llenas de coraje. Pero todas ellas se estrellaron contra la falta de acierto, la falta de visión del compañero desmarcado y un portero local en estado de gracia en las salidas.
La tuvo Santi Mur en velocidad por la banda siniestra, pero Rodríguez tapó bien el chut en el mano a mano cuando el 15 del Rompe podía haber asistido a Soriano, libre en el segundo palo. La tuvo también José Manuel, cuando remató en posición forzada un balón que dejó suelto el despeje de Rodríguez a tiro de Santi Mur. Las tuvo Posadas, con sus zigzagueos desequilibrantes dentro del área y con un chut desde la frontal despejada de defensas que se marchó alto. La tuvo Toño recogiendo un balón suelto dentro del área y las tuvo David Soriano, al menos otros dos mano a mano a los que el portero del CD Huracán respondió soberbio arrojándose al suelo con la agilidad de un gato. En una de esas jugadas, la que aparece al final del siguiente vídeo, Soriano remata contra el cuerpo del arquero local mientras José Antonio y Santi Mur esperan en el segundo palo un pase de la muerte que nunca llegó.
La jugada más espectacular llevó la firma de José Antonio. Una salida al corte en campo propio le dio pie, y cuándo no le da, a sumergirse en una de sus habituales aventuras de El Llanero solitario que casi siempre acaban en bronca del banquillo tras pérdida y hachazo automático. El central capitán con alma de delantero avanzó sin oposición por el centro y tras encontrar un apoyo por el camino se plantó en las inmediaciones del área, desbordó en velocidad al último zaguero y recortó a la derecha al portero. A puerta vacía fue a conectar el mecanismo de su pierna derecha y en ese gira la cadera y chuta a puerta se le hizo de noche y acabó lanzando trastabillado, medio cayéndose al suelo. Así que las gargantas que ya calentaban para lanzar los gorgoritos propios de un golazo se ahogaron en la incredulidad de ver cómo el balón se marchaba a un lado de la puerta vacía.
José Antonio acaba rematando forzado y el balón se marcha fuera de forma increíble
Tanto acarició el triunfo el Athletic Rompeolas que a punto estuvo de quedarse sin nada. El CD Huracán no renunció nunca a la victoria pero lo fió todo a la inspiración de su portero y a las escaramuzas de Castillo y Loras en ataque. Y casi lo logra. El 10 de los avispas rondó nuevamente el gol con un disparo a la media vuelta que se marchó algo alto. Y, en un despiste mayúsculo posterior, David González, que le tenía ganada la posición a Castillo, dudó si desviar el esférico a córner o esperar la salida de Adrián. Una incertidumbre que casi fuer mortal, porque el ariete de los avispas le arrebató la pelota y se la cedió a su compañero Loras, que en una posición muy ventajosa, disparó alto.
El Rompeolas dejó escapar una buena ocasión de haberse acercado aún más a la cabeza tras el empate a uno entre Deportivo Almozara e Intersport Leciñena, perdió la oportunidad de dar minutos a los menos habituales y se convirtió en el segundo equipo que se deja algún punto frente al colista, que, por otra parte, demostró potencial suficiente y cubrió sus carencias defensivas lo necesario como para estar mucho más arriba.