Nueva remontada a cañonazos


Quinta victoria consecutiva del Athletic Rompeolas tras sobreponerse a un penalti muy dudoso en contra con goles de David González, Juan Estraña y Julio Calle


Atlético Alfindén 1
Alberto Lapicora; Alberto López (Francisco Javier Carrillo, 26), Sergio Arcas, Óscar Marín, Sergio Falcón (Miguel Arcas, 60); Daniel Ojuel, Miguel Ángel Arcas, Adrián Suárez (David Trullén), Alberto Manero; Jesús Ángel Vicente (Alfredo Hidaldo, 53), Miguel.

Athletic Rompeolas 3
Dani Laparra; Daniel Pablo, Dioni, José Antonio, Sierra; David González, David Soriano (Julio Calle, 53), Juan, Santi Mur (Ernesto Orcajo, 75); José Manuel (Jordi, 57), Denis (Mario Lafuente, 81).

Goles: 1-0, min. 50: Daniel Ojuel, de penalti. 1-1, min. 58: David González. 1-2, min. 65: Juan. 1-3, min. 79: Julio Calle.

Árbitro: Javier Huera. Amonestó a los locales Adrián Suárez, Sergio Falcón y Daniel Ojuel y a los jugadores del Rompeolas David Soriano y Juan.

Incidencias: Novena jornada de la Laboral Segunda Preferente. Mañana soleada y temperatura agradable para estar a finales de noviembre. El portero Dani Laparra llegó al campo con el tiempo justo y comenzó el partido sin haber calentado. Sus compañeros David Soriano y José Manuel tuvieron que ser sustituidos por diversos problemas musculares. En el banquillo del Rompeolas estuvieron presentes, además de los jugadores suplentes, Jesús, como delegado, y Joaquín, que la víspera sufrió una inoportuna lesión de tobillo.



LA PUEBLA. Cuando peor se habían puesto las cosas en el municipal de La Puebla de Alfindén, con el 1-0 en contra fruto de un penalti más que dudoso y las lesiones de dos jugadores tan relevantes como David Soriano y José Manuel, el Athletic Rompeolas se vino arriba y remontó el marcador adverso a base de cañonazos para llevarse el quinto triunfo consecutivo de la temporada que lo acerca un poco más a la cabeza de la clasificación.

Sorprendió de salida el despliegue combinativo del Atlético Alfindén. Movimientos eléctricos y pases precisos por dentro que desarbolaron fácilmente el centro del campo avispa, formado en esta ocasión por David González y David Soriano, con la asistencia de José Manuel en la media punta. Los acercamientos locales no fueron más allá de varios disparos desde fuera del área y algún centro pasado que no encontró rematador, pero ese empuje acogotó al Rompeolas, que apenas pudieron pisar el campo rival con el balón controlado.

La amenaza constante de Miguel en la punta, el bullebulle sin descanso de Adrián Suárez por la izquierda, el despliegue físico del menudo Alberto López, ‘Pipo’ y los cambios de orientación de Daniel Ojuel pusieron cuesta arriba la alternancia en el juego. Analizando la primera parte, quizá el Atlético Alfindén pudo haber sacado más partido de ese dominio si hubiese explotado mejor la posición entre líneas de Jesús Ángel Vicente (7). En tocdo caso, los visitantes aguantaron el chaparrón con una línea de atrás férrea formada por José Antonio y Dinoni, como pareja de centrales, y Daniel Pablo y Sierra en los laterales.

Con el paso de los minutos del Atlético Alfindén fue perdiendo fuelle. Dejó de presionar en el centro del campo y perdió el hasta entonces control absoluto. Los avispas aprovecharon para sacar la cabeza del agujero con acercamientos como un saque de esquina de Denis que golpeó en el larguero, un robo de Santi Mur en las inmediaciones del área y un posterior disparo, que acabó siendo desviado a córner y una primera ocasión clara de gol, en la que, tras una maniobra de Denis en el pico derecho del área y un despeje de los rojillos, el balón quedó dentro del área a los pies de Daniel Pablo, que disparó alto.

La amplitud del terreno de juego concedía los segundos suficientes para para el balón y moverlo con paciencia hasta los dominios del adversario. Y eso trató de hacer siempre el Rompeolas, a veces incluso cayendo en las habituales torpezas de buscarse problemas donde no los había. Como cuando Dani Laparra, sabiéndose frío por no haber calentado, se puso a patear los saques de puerta aun a riesgo de sufrir una lesión muscular. Uno de ellos quedó excesivamente corto y el punta local Miguel se fabricó una ocasión gol con un tiro cruzado que a punto estuvo de convertirse en el primer disgusto de la mañana.

O como cuando el arquero del Rompe quiso comenzar la jugada desde atrás pero sacó con la mano a cámara lenta, modo ‘slow motion’ que metió en problemas a sus compañeros. O como cuando Dioni ayudó a su compañero con el saque de puerta pero ejecutó el saque en corto, con el consiguiente peligro de robo pues su posición situaba la línea de fuera de juego en el área pequeña. Sobresaltos todos ellos tan innecesarios como difíciles de asimilar para el banquillo avispa, sabedor de que cualquier otro día el rival de turno no perdonará.

Donde no llegaba el resuello de los locales crecían las escaramuzas y las protestas de algunos rojillos de mecha corta. Por explotar esa circunstancia y por tratar de llegar más arriba, el banquillo del Rompeolas movió de sitio las piezas de ataque situando a David Soriano cerca de Daniel Ojuel (su escena en la banda pidiendo volver entrar al campo allí queda). El cambio de posición conllevó que Denis pasase a la banda derecha, Juan se colocó en el centro y José Manuel se situó como punta. El cambio apenas trajo mejoras ofensivas, pero al menos contuvo aún más la salida de balón local.

Dos circunstancias comprometieron el objetivo de llevarse algo positivo de La Puebla: por un lado, los problemas musculares de Soriano y José Manuel, quienes aguantaron hasta que no pudieron más; y, por el otro, el protagonismo creciente de un árbitro convencido de que todo balón a la espalda de la defensa local tenía que ser fuera de juego. De lo complicado que es arbitrar a lo sencillo que resulta cortar por sistema todas los ataques de un mismo equipo, sean dudosas las posiciones de sus jugadores o escandalosamente legales, media un abismo.

Lo cierto es que la decisión arbitral más polémica bien pudo decantar el partido. Corría el minuto 50 cuando el juez de la contienda decretó penalti por el choque de dos piernas de jugadores rivales que golpearon al mismo tiempo un balón que no era de nadie. Como puede verse en el vídeo, Daniel Ojuel no desaprovechó la ocasión y adelantó al Atlético Alfindén tras engañar a Laparra con un tiro inapelable, 1-0.


El joven Julio Calle, de vuelta casi dos meses después de su último partido, relevó al lastimado Soriano, y, poco después, fue Jordi, nueva etapa en el Rompeolas, el que sustituyó a José Manuel. El equipo, con Denis de nuevo en punta, Calle por detrás, Jordi y Santi Mur por las alas, se contagió del empuje de los recambios y adelantó varios metros la presión. Y ello pese al riesgo evidente de acaba siendo ajusticiado al contragolpe, un camino por el que se deslizó decididamente Daniel Ojuel, convertido ya en segundo delantero.

Fue precisamente ese empuje el que llevó a David González a atosigar la salida de balón local hasta la zona de tres cuartos de campo rival. Sin ningún miramiento, el 14 del Rompeolas enganchó un zambombazo con su pierna derecha que superó por alto al guardameta rojillo Alberto llevando el delirio al banquillo del Rompe, 1-1.

El tiburón siguió el reguero de sangre dejado por una defensa de las que no ven venir el empentón del toro. Tan lento de reflejos como gustoso por complicarse la vida, el lateral izquierdo de los locales se resistió a soltar el balón ante el atosigamiento de un Juan que siempre acaba los partidos en alto, mucho mejor que la frialdad con la que los comienza. El bravo centrocampista de los avispas acudió a la primera presión, se propulsó a la segunda y ya no paró hasta robar el balón, meterse en el área y soltar otro zurriagazo de volea que acabó donde acaban los disparos que Juan no se piensa dos veces, en la red (los otros se van fuera), 1-2.

El giro radical del guion sacó de quicio a varios jugadores locales, que se perdieron en faltas y careos absurdos. Con Calle, con Denis, con Santi Mur…

Pudo llegar el empate en un despiste de la zaga visitante, que se dejó coger la espalda por el centro de forma incomprensible. Pero las ayudas del centro del campo desbarataron la ocasión. En cambio, lo que llegó fue la sentencia del Rompeolas. Denis se hizo con el control de un balón al borde del área por fuerza y velocidad y, tras adentrarse en ella y llevarse el esférico a trompicones, levantó la cabeza y asistió de forma magistral a su compañero Calle, con la caña para hacer el tercero y redondear un regreso feliz al conjunto de Torrero.

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