No hay manera

El Rompeolas vuelve a caer en Garrapinillos (3-0) tras cometer dos pifias en defensa y marrar hasta cuatro ocasiones de gol muy claras

 

Veteranos Garrapinillos - Athletic Rompeolas

Guillermo lanza una falta desde la frontal del área del Veteranos Garrapinillos. Enfrente, una muralla infranqueable. 

 

Veteranos Garrapinillos   3

Sergio; Néstor, Paco (Jero, 50), Capapé, Lacabe; Míchel (Buil, 40), Raúl Blasco, Garras (Isra, 65), Escudé (Barón, 60); Rubén (Gaby, 40), José.

Athletic Rompeolas          0

Javi; José Antonio, Arrébola (Ángel, 61), Alberto, Kike (Joaquín, 40), David (Ernesto, 40); Julio, Guillermo, Héctor, Adrián; Dani (Posadas, 40).

Goles: 1-0, min. 40: Rubén. 2-0, min. 50: Raúl Blasco, de penalti. 3-0, min. 58: José.

Árbitro: López Sánchez. Mostró cartulinas amarillas a los futbolistas del Veteranos Garrapinillos Sergio, Lacabe y Buil (en dos ocasiones, minutos 68 y 70, por lo que fue expulsado) y a Javi, del Rompeolas.

Incidencias: Novena jornada de la Laboral Segunda Preferente. Partido disputado en Garrapinillos. Campo de hierba natural en buen estado y mañana húmeda por la niebla.

Veteranos Garrapinillos-Athletic Rompeolas

El Rompeolas buscó la seguridad defensiva en un campo pequeño pero tardó muchos minutos en coger el sitio y sacudirse la presión. 

 

     SAN LORENZO. El maleficio del campo de San Lorenzo continuará al menos una temporada más. De nada sirvió presentar esta vez un once de garantías, plantear un sistema de juego con cinco defensas vigilantes y un ataque talentoso ni tampoco salir indemne del asedio inicial del adversario. El Athletic Rompeolas volvió a caer en el feudo del Veteranos Garrapinillos (3-0) y regresó a casa con una mezcla de incredulidad e impotencia por lo sucedido.

    El partido acabó marchándose por el sumidero por el que desaparecen siempre las ilusiones del Rompeolas en la hierba -bien conservada a estas alturas de la temporada- de San Lorenzo. Un escenario en el que los errores propios condenan sin remisión y hacer un gol cuesta horrores. Volvió a repetirse esa doble premisa. El Rompeolas cometió dos errores de bulto que el Veteranos Garrapinillos no perdonó y desaprovechó cuatro oportunidades de gol rotundas que en cualquier otra circunstancia habría transformado.

     El conjunto naranja insistió para este choque con la línea de tres centrales (Arrébola, Alberto y Kike en esta ocasión) y dos carrileros (José Antonio y un cada vez más asentado David) para ajustar bien los marcajes y tener salida por las bandas. Por delante se colocó Julio, escudero de un tridente creativo formado por Guillermo, Héctor y Adrián, con Dani como referencia ofensiva. La precavida disposición inicial sirvió de poco ante la salida en tromba del Veteranos Garrapinillos, que en el primer minuto de juego ya puso a prueba los reflejos de Javi. Con las piernas todavía frías, el delantero local Rubén remató dentro del área un centro de Garras y el portero del Rompeolas despejó como pudo. Fue el primer uy de varios seguidos. La escuadra naranja, parapetada en su campo, repelía como podía los embates del ataque local. Minutos de agobio por no poder o no saber sacar el balón. Los despejes se quedaban cortos, las primeras entregas al compañero no acababan en los pies de sus destinatarios y los balones divididos, por fuerza y anticipación, eran casi siempre para los de casa.

       El más activo de todos los atacantes fue José, que caído al costado izquierdo, derecho del Rompeolas, complicó la vida a Kike y David. Encontró José la complicidad de su compañero Raúl Blasco, centrocampista de desborde que con su larga zancada protagonizó varias incursiones por el centro para sufrimiento de Julio.

      El Rompeolas resistió como pudo y consiguió desplegar sus líneas sobre el campo rival. Primero, con envíos largos buscando las carreras en solitario de Dani, y después, desembarazado ya de la presión, progresando por las bandas, especialmente por la derecha, donde Adrián, especialmente vigilado por su marcador, buscó sus clásicas penetraciones hacia el centro. Dani encontró un agujero entre los dos centrales locales y se escapó solo en dirección al marco de Sergio, quien fuera del área tuvo que cortar con la mano el avance del punta naranja. La falta, castigada con cartulina amarilla, fue ejecutada por Adrián, que lanzó demasiado alto, como ocurrió en el resto de las ocasiones de que dispuso.

El Rompeolas apenas salió de su propio campo durante los primeros 20 minutos

El Rompeolas apenas salió de su propio campo durante los primeros 20 minutos.

        Faltaban por aparecer los destellos de Guillermo y Julio en el círculo central y, pasada la media hora de juego, por primer en todo el partido, ambos futbolistas trenzaron una jugada de ataque elaborada: robo en la parte izquierda, apoyo atrás y rápida apertura al lado opuesto, apoyo del punta, desborde, centro y remate… Dani fue quien se dejó caer a ese costado izquierdo arrastrando primero a su marcador central y luego dejándolo tirado con un leve toque de balón y un eléctrico cambio de ritmo. A su centro al segundo palo llegó muy apurado Adrián, que en boca de gol remató por encima de la portería.

        Las fuerzas parecían por fin equilibradas. Los naranjas habían mostrado también sus garras ofensivas y disputaban la posesión de la pelota a un Veteranos Garrapinillos que se sentía cómodo buscando los contragolpes. El partido ya se encaminaba hacia el receso cuando los locales encontraron por casualidad la llave maestra para perforar la meta del Rompeolas. Un saque de banda de Néstor buscando la habilidad de Míchel se encontró con la dadivosa defensa naranja, que no apretó lo suficiente y le permitió centrar. El posterior despeje, nuevamente corto, cayó a los pies de Armando, quien lejos de quitarse la pelota de encima con un tiro de primeras ante el achique de la zaga del Rompeolas, levantó la cabeza y vio dentro del área y libre de marca a Rubén. Hasta él filtró un pase que el punta rojiblanco convirtió en el 1-0 a la media vuelta.

      No podía ser. Rubén estaba demasiado suelto y demasiado atrás. Los jugadores del Rompeolas miraron instintivamente al árbitro y este, con su dedo inquisidor delató la posición habilitante de un rezagado José Antonio. Pues sí, era.

      Kike combatió los efectos del archiconocido como gol psicológico con un triple cambio con el que pretendió sacudir el ánimo algo alicaído de su equipo. Entraron Joaquín por la izquierda sustituyendo al propio Kike, Ernesto por la derecha en detrimento de un notable David y Posadas como recambio de un destacado Dani. Y a fe que lo consiguió porque en el minuto 43 tras una una incursión por el centro de Posadas y un mal despeje de la zaga local, la pelota cayó a los pies de Adrián, que dentro del área chutó duro, pero Sergio, con una gran intervención, despejó a saque de esquina.

      Poco después Ernesto encontró una autopista por su banda derecha por el excesivo repliegue local y  sacó un gran centro en carrera al segundo palo que José Antonio, de cabeza, envió cerca del larguero. Parecía que el empate era solo cuestión de insistir una vez más, pero llegó el momento. Ese en el que en San Lorenzo los partidos se van al garete. La jugada fue un estrambote concebido tras un saque de puerta de Sergio, gestado por la debilidad aérea de la zaga rompeolense y alimentado por una cesión atrás a Javi que pudo haberse evitado de haber atacado antes el balón descontrolado. El engendró nació finalmente: el portero despejó de primeras y el esférico no salió del área grande porque impactó de lleno en José Antonio, convertido el domingo en sospecho habitual. Armando se encontró entonces la pelota revoltosa y antes de que pudiera siquiera entrar a matar recibió la zancadilla impetuosa de Javi. Un despropósito general. Penalti y cartulina amarilla. Raúl Blasco, desde los once metros, fue el encargado de aprovechar el segundo regalo de la mañana.

Javi adivina el lado pero no puede detener el lanzamiento de penalti de Raúl Blasco. Es el 2-0.

Javi no puede detener el lanzamiento de penalti de Raúl Blasco. Era el 2-0.

        La zaga del Rompeolas entró a partir de entonces en trance y se vieron varios despejes al aire y hasta una cesión suicida de Arrébola, de tacón, dentro del área, de espaldas a su portería y con un delantero rojiblanco con el gatillo preparado para fusilar a Javi.

          Posadas terminó por hacer creer a sus compañeros que en realidad la portería que da a Camino Puente Clavería solo es un mural pintado sobre la pared porque, tras una buena jugada colectiva por la derecha, su remate, con todo a favor, no entró de forma inexplicable.

          Los locales remataron la faena con una jugada de ejecución perfecta. Mientras Gaby armaba el contragolpe tras un robo de balón, José iniciaba un movimiento de arrastre de derecha a izquierda con el se llevó consigo a Alberto. Cuando el centrocampista local le lanzó el balón, el punta ya había iniciado la carrera a la espalda de Arrébola, que hizo de tapón con su compañero de zaga. José controló en carrera y ante la salida de Javi picó la pelota hábilmente. El arquero tocó con la mano pero el balón entró botando para júbilo de los aficionados locales. 3-0.

        La zaga del Rompeolas mudó primero a cuatro defensas y luego, tras la lesión de Arrébola (sustituido por Ángel) y la absurda expulsión de Buil, a una desesperada línea de tres, pero la acumulación de efectivos arriba no dio resultado. El Veteranos Garrapinillos demostró una vez más su habilidad para sacar el máximo rendimiento de las debilidades de su rival y exhibió un gran dominio de las diferentes situaciones que se dan en un terreno de juego como el de San Lorenzo: cero complicaciones en defensa, un portero atento y rápido en las salidas, determinación en los balones divididos, movimientos rápidos, centros desde las bandas, la segundas jugadas, el juego aéreo y las acciones de contragolpe.

  • Podéis leer también la crónica inserta en El Pregonero de Garrapinillos aquí

1 Response

  1. Paco Veteranos

    Buena crónica compañeros. Mucho ánimo y a recuperar las buenas sensaciones el próximo domingo. Un fuerte abrazo desde Garrapinillos.

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