La Parada Deportivo Onairam 1 – Athletic Rompeolas 3

Primera alegría de la temporada 

El Athletic Rompeolas se estrena con una victoria trabajada frente a La Parada-Deportivo Onairam

David González, protagonista del partido, se anticipa y corta de cabeza un balón en defensa en una imagen de archivo.

 

La Parada-Deportivo Onairam     1

Jonathan Salillas; Jonathan García, Francisco Javier Peralta, Francisco Javier Reyes, Juan López, Carlos Lahoz, Saturnino Sánchez, Víctor Arasanz (Cristian Brocate, 60), Álvaro Muñoz, Adrián G (Ignacio Villacampa, 40). Camón, Alonso Pernas.

Athletic Rompeolas                      3 

Pablo; Alberto, Javi Ricón, José Antonio, Sierra; David González, Juan, Diony, Joaquín; Ángel (Dani López, 63), Santi Mur.

Goles: 0-1, min. 29: Javi Ricón, de cabeza. 0-2, min. 51: Joaquín, de falta. 0-3, min. 55: Santi Mur. 1-3, min. 61: Cristian Brocate.

Árbitro: Asensio y Guajardo. Mostró cartulinas amarillas a lo locales Ignacio Villacampa, Carlos Lahoz, Víctor Arasanz y Álvaro Muñoz, así como al visitante Ángel.

Incidencias: Mañana soleada del último día del mes de septiembre. Buena temperatura. El partido comenzó con 20 minutos de retraso por un error en el reparto de las llaves de los vestuarios. A las 8.30, hora señalada para el comienzo del encuentro, los componentes de La Parada-Deportivo Onairam, equipo que actuaba como local, se encontraban al otro lado del edificio de los vestuarios sin cambiarse. Cuando los responsables de las instalaciones les entregaron una llave, resulta que ésta también abría el vestuario del Rompeolas, así que tuvieron que buscar otra distinta. Para colmo, cuando ambas escuadras estaban ya sobre el terreno de juego, el árbitro se marchó corriendo al vestuario porque había olvidado algo. En el Athletic Rompeolas actuó como delegado Jesús. También estuvieron presentes, rellenando el banquillo, Iñaki y Visiedo.

 

 

PARQUE DEPORTIVO EBRO. El Atheltic Rompeolas respira aliviado después de lograr el pasado domingo su primer triunfo del campeonato derrotando por 1-3 al recién ascendido La Parada-Deportivo Onairam con tantos de Javi Ricón, Joaquín y Santi Mur y . El conjunto blanquinegro tiró de oficio y, tras sacar provecho de sus ocasiones, supo contener las acometidas del animoso cuadro local, que en varias ocasiones pecó de ingenuo.

Los dos tropiezos anteriores y el calendario que se avecina, con los envites siguientes frente a Intersport Leciñena y Bar Estudiantil próximos, trajeron a la memoria la sombra del nefasto comienzo de la pasada temporada, que entonces pesó como una losa y comprometió muy seriamente la permanencia en Segunda Preferente. Pero, afortunadamente, en esta ocasión solo ha habido que esperar a la tercera jornada para que el conjunto blanquinegro sume sus primeros puntos. Y seguramente no era el mejor día para ello.

Pasan las temporadas y los jugadores, pero la esencia permanece. El Athletic Rompeolas se mantiene donde está por demostraciones de entereza como la del pasado domingo. Después de la multitudinaria convocatoria de la jornada anterior, dieciocho citados que dejaron pequeño el banquillo local del Giner Torrero, la lista de jugadores disponibles para el Parque Deportivo Ebro era un cúmulo de nombres tachados en un papel. Los que sí estuvieron, once (que luego fueron doce) representantes de ese amor propio de tirar para adelante, se concienciaron de que vivirían otra mañana de apuros en una jornada que a priori estaba señalada para otra cosa.

Pablo se situó de nuevo bajo los palos. Javi Ricón y José Antonio afianzaron una jornada más esa relación de pareja de centrales. Y, en los laterales, Sierra cerró la banda izquierda y Alberto, que desde el pasado mes de noviembre sólo había disputado cuatro minutos en competición oficial, se colocó por la derecha. David González y Juan, felizmente recuperado de su problema ocular, se repartieron el centro del campo, con Joaquín por la izquierda y Dioni esta vez como interior derecho. Por delante se situó Ángel y, más arriba, quedó Santi Mur.

El conjunto blanquinegro saltó con la premisa de vivir un partido largo sin margen para el error ni la desgracia. La demora hasta el pitido inicial le hizo completar seguramente el calentamiento más largo de su historia. Casi 40 minutos sobre el verde que dejaron incluso algunas muestras de fatiga antes de que el balón echara a rodar. No se descentró sin embargo el Rompeolas, que respondió con entereza a la salida eléctrica de La Parada-Deportivo Onairam, que apenas tuvo tres minutos para dar un par de carreras antes de que Asensio y Guajardo hiciera sonar por fin su silbato. La juventud relativiza incluso la importancia de calentar.

Durante los primeros minutos David González y Juan acumularon varias pérdidas en el centro del campo fruto del acoso de los locales, pero la defensa se mostró atenta y desbarató el peligro antes de que Pablo tuviera que emplearse a fondo. El nuevo conjunto de Torrero confiaba en hacer daño por las bandas con Dioni y Joaquín, pero apenas les llegaron balones cruzados. A La Parada-Deportivo Onairam le funcionó la apuesta por el fuera de juego y el bueno de Santi Mur acabó un poco desesperado por no poder sacar más partido de sus carreras.

Hasta que al filo de la media hora, tras un balón colgado al segundo palo por Sierra, Javi Ricón aprovechó la salida en falso del portero Jonathan Salillas para cabecear el balón a la red. Los más viejos del lugar no recuerdan cuál pudo ser el último tanto logrado en jugada de estrategia, así que alegría doble. El tanto asentó un poco más a los visitantes, que a partir de entonces encontraron más resquicios por los que desbordar a la defensa rival.

 

Sin embargo, el encuentro seguía muy abierto. La Parada-Deportivo Onairam volvió a ganar los duelos en los balones divididos del centro del campo y puso cerco a la portería de Pablo con varios envíos a balón parado, parcela del juego en la que el Rompeolas se conjuró para no volver a fallar. Destacó por el costado derecho Alonso Pernas, atacante rápido con y sin balón que enlazó varias jugadas personales en las que desbordó con regates y fintas vistosos. Dioni pasó al centro y Ángel a la banda para tratar de equilibrar el músculo en la zona donde se decidían las posesiones y el marcador no se alteró antes del descanso.

Prevenido por una posible nueva sacudida del adversario, el Rompeolas volvió al campo redoblando el esfuerzo y la concentración. La ventaja mínima no daba opción para el sesteo, así que no le pilló por sorpresa que La Parada-Deportivo Onairam reforzase el ataque. Pernas y Reyes se colocaron como dupla atacante por el centro y adquirió mayor protagonismo con la pelota. El Rompeolas dio un paso atrás y ello, además de hacerle sentirse más arropado, favoreció las salidas al contragolpe. Por la izquierda partieron casi todas, con un Joaquín un poco más enchufado que en anteriores partidos. Suyo fue precisamente el tanto de la confirmación de ir por el buen camino.

Alberto despejó un balón por anticipación y Santi Mur convirtió el melón en un ocasión de gol con un control magistral con el que orientó el balón hacia adelante. Su galopada posterior lo dejó solo delante del portero pero en el último instante fue derribado por un defensor. Estaba dentro del área y el zaguero era el último defensor portero aparte. Asensio y Guajardo primero hizo gestos con las manos como dando a entender que ahí no había habido nada punible, pero acto seguido hizo sonar su silbato. Todo el mundo pensó que había decretado penalti, pero no. Tiró por la calle de en medio y señaló falta al borde del área. Joaquín golpeó seco y fuerte y el balón, que salió recto contra el portero, se desvió tras golpear en un integrante de la barrera local, 1-2.

En otra contra por la parte izquierda, Santi Mur recibió dentro del área y cedió atrás a la llegada de Juan, quien perdonó el tercero chutando arriba con su pierna izquierda. La respuesta de La Parada-Deportivo Onairam fue acentuar aún más su dominio de la pelota. Pernas recibía muy suelto entre líneas y su banda izquierda no encontraba oposición hasta las inmediaciones del área. En uno de esos avances sin oposición, Ángel desencadenado soltó un patadón por detrás al interior izquierdo y vio la cartulina amarilla. Increíble. Los locales reclamaron penalti por un forcejeo dentro del área  entre Alberto y un rematador del Omairam, pero lo que consiguieron fue empezar a calentar al árbitro con sus protestas.

Luego, en una colada de un atacante local dentro del área, David González, nuevamente providencial, se jugó el físico sacando una pelota que un atacante local se disponía a remachar a la red.

La sentencia llegó poco después con una jugada colectiva que culminó Santi Mur recogiendo un balón suelto dentro del área. Un premio a su labor de desgaste. Y a su paciencia.

Los locales recortaron distancias con un remate desde fuera del área que golpeó de manera fortuita en las piernas del recién ingresado Cristian Brocate. Ángel se jugó la segunda amarilla con otra falta por llegar tarde y el árbitro le advirtió una última vez. Al rescate surgió del banquillo Dani, retirado en junio y de vuelta para situaciones de emergencia. La idea era que se colocase en la banda derecha, pero la tarea le pareció muy exigente para su estado físico y se quedó como referencia atacante. Eso obligó a que Santi Mur, el jugador más incisivo de los blanquinegros pasase al costado derecho.

El movimiento libró al Rompeolas de una expulsión casi segura, pero le restó velocidad al contragolpe (en este partido quedó demostrado cuán necesario es que alguien corra al espacio) y tampoco sirvió para tapar el agujero de la banda derecha. Por esa zona los locales explotaban las situaciones de dos contra uno. La defensa blanquinegra optó entonces por aguantar sin saltar al corte cediendo metro a metro hasta el borde de su área. No resultó mala idea porque La Parada-Deportivo Onairam acabó varias jugadas con malas opciones de tiro o de centro, cuando no se obcecó en buscar los pies del 19 de los suyos, ya mucho más vigilado.

El derroche físico de David González selló la fisuras abiertas aquí y allá y el Rompeolas se aseguró por fin su primer triunfo mientras los locales se perdían en protestas absurdas con un árbitro que otra cosa no, pero quejas y reclamaciones no tolera ni una.

 

 

 

 

 

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