La Parada-Deportivo Onairam
Estadio:
BALANCE GOLEADOR
verde GANADO amarillo EMPATADO rojo PERDIDO
Ismael Sáchez Nogueras
Su nombre completo, el del pichichi de la Segunda Preferente. Él solo suma más del sesenta por ciento de los goles de su equipo. Es un jugador menudo, con el centro de gravedad muy bajo. Un zurdo muy explosivo y desequilibrante. Suele partir de la banda izquierda pero muchas veces acaba internándose por el centro. Su presencia cambia a La Parada por completo.
Presión en el centro del campo
A La Parada-Deportivo Onairam le interesa que ocurran cosas de su medio campo hacia adelante. Por eso presiona la salida del balón del rival acumulando hasta seis jugadores muy activos. Cuanto más cerca recuperen Sánchez, Pernas y Navarro, mejor. Éste último, Víctor Navarro, es la referencia creativa en el centro del campo. Recibe, protege, conduce, desborda y distribuye.
Un agujero negro: El desorden
Lo fácil sería echarle toda la culpa a la defensa. Es lenta, blanda y fácilmente desbordable por las bandas, pero eso no explica del todo que La Parada-Deportivo Onairam sea el segundo equipo más goleado de la categoría. A finales de enero su promedio de tantos encajados alcanzaba los 3,1 goles por partido. Lo que hay detrás es la terrible desorganización de un equipo partido en dos que busca el intercambio de golpes con su rival confiado en la pegada del pichichi. Pero de momento, pesa más el lastre de los goles encajados
30/09/18
Pernas, referencia ofensiva
Hay que prestar atención al dorsal 19. Alonso Pernas es un jugador desequilibrante que puede jugar pegado a una banda o entre líneas. Sus compañeros lo buscan en todo momento. Tiene regate y velocidad en la conducción. Frente al Athletic Rompeolas jugó el primer tiempo apostado en la banda derecha y en el segundo, ya con el marcador en contra, se colocó en la punta del ataque. Con el paso de los minutos trató de descolgarse para recibir libre entre líneas.
Pecado de juventud
Dicen que la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo, pero tratándose del vicio de protestar, el paso de los años tampoco garantiza nada. Varios jugadores de La Parada tienen demasiada facilidad para mostrar su descontento con las decisiones del árbitro y eso les penaliza.
Debilidad defensiva
La zaga de La Parada no se caracteriza precisamente por su velocidad ni contundencia. Y si el resultado se le pone en contra, arriesga mucho llevando la línea de cuatro casi hasta el centro del campo, lo que favorece enormemente los envíos al espacio de su rival.