Empate de mérito para seguir vivos en la Copa

El Athletic Rompeolas arranca un punto de la siempre complicada visita a Leciñena en un partido igualado y marcado por el intenso calor

 

Intersport Leciñena 1

Enrique Escolano; Jesús Murillo (Jesús Jiménez), Carlos Murillo, Marius Gugiu (José Escanero), Enrique Albero, José Murillo (Tomás Jiménez), Javier Murillo, Ricardo Jiménez, Tomás Montesa, Constantin Udeanu, Nicolae Ispas.

Athletic Rompeolas  1

Dani Laparra; Juan, Deony (Diego), José Antonio, Joaquín; Pablo, Rober (Kike), Jordi, Fran; Posadas, Adrián.

Goles: 1-0, min. 34: Enrique Albero. 1-1, min. xx: Carlos Murillo, en propia puerta tras centro de Fran.

Árbitro: Miguel Ángel Jiménez. Mostró cartulinas amarillas a los jugadores locales Tomás Montesa y Javier Murillo y a los visitantes José Antonio, Fran y Jordi.

Incidencias: Tercera jornada de la liguilla del torneo de Copa de fútbol laboral. Mañana soleada y mucho calor en el municipal de Leciñena. Hierba alta, lo que ralentizó el juego raseado.

 

LECIÑENA. El Athletic Rompeolas arrancó un trabajado empate del siempre complicado campo del Leciñena que le sirve para seguir vivo en la competición de Copa. Pese a no desplegar en ningún momento un juego fluido y verse con el marcador en contra desde el minuto 34, el conjunto blanquinegro fue capaz de resistir las características acometidas al contragolpe de los monegrinos y, fruto de su insistencia, acabó encontrando el premio de un gol en propia puerta que fue suficiente en un final alocado de ida y vuelta.

Después de plantar cara pero caer frente al Tosos, los de Kike se enfrentaban al Intersport Leciñena, otro adversario con las ideas, si cabe, más claras. Dotado de un estilo de juego muy marcado por la imponente presencia en ataque de Ispas y Constantin, su rendimiento esta temporada ha sido sobresaliente hasta que se dejó llevar en las últimas jornadas.

Pese a volver a andar muy justo de efectivos (sólo dos recambios), el Rompeolas presentó un once de garantías con Dani Laparra de regreso a la portería y una zaga reforzada por la presencia de Juan, en el lateral derecho, y la más habitual de Joaquín, en el lateral izquierdo. En el centro, Dioni y José Antonio, pareja de centrales que parece ir asentándose en esta temporada de sobresaltos continuos. Por delante, además del trabajo de Pablo y Rober, los Jordi, Posadas y Adrián, la acostumbrada indefinición como estilo propio que lastra el rendimiento del grupo. Si acaso, en medio de ese batiburrillo de conducciones excesivas y recortes continuos, la estupenda noticia de la llegada de Fran, alta en este torneo, que cada partido cobra mayor protagonismo con sus incursiones por la banda izquierda, sus centros… y sus goles.

Al juego directo de los verdes sobre sus dos puntas, respondió el conjunto visitante aplicándose en defensa y tratando de manejar la pelota con soltura. Cuando tu rival adopta un perfil tan marcado tienes dos opciones: copiarlo o hacer justo lo contrario. El Rompeolas intentó conservar el balón pero sus iniciativas morían pasado el centro del campo. La hierba alta frenaba las conducciones, el peligro local obligaba a la defensa blanquinegra a estar bastante retrasada y la inexistencia de un jugador que buscase el balón en largo hacía muy previsible su juego. Faltó movilidad y velocidad y sobró sobeteo del esférico. Adrián, estático sin la pelota y errático con ella, pasó sin pena ni gloria como punta. Posadas bajó a recibir al centro del campo para conectarse al partido, pero sin demasiado éxito.

 

El Leciñena rondó el gol primero con un remate de cabeza de Ispas a la salida de un saque de esquina y luego con una llegada por la banda izquierda que Constantin ajustó excesivamente a un palo. El Rompeolas intentó recuperarse del susto con los avances por la parte izquierda de Fran y apoyos puntuales de Adrián. Pero seguían faltando argumentos ofensivos. Jordi, con su habitual anarquía, huía más que nunca de la banda izquierda dadas las dificultades que le planteaba el rocoso Marius, tan difícil de rodear como de saltar y eso congestionaba el centro. Dos lanzamientos lejanos a balón parado de Adrián llevaron algo de incertidumbre al portal de Enrique Escolano.

Y ante esa nadería, el conjunto local se soltó y acabó por desnivelar la balanza por medio de su cerebro Enrique Albero, quien se coló por el centro por medio de -oh cielos- una pared con un compañero y resolvió con maestría Y acabó por inclinar la balanza con una colada por el centro del Albero

El tanto en contra hizo aún más evidente la incapacidad del Rompeolas de generar peligro en el área rival. El centro del campo local se poblaba de efectivos y los dos puntas bajaban a defender en las jugadas a balón parado.

Tras el descanso, los de Kike se adueñaron un poco más de la pelota mientras que los de casa se afanaron en defender con orden su ventaja. Ese repliegue de los verdes permitió que los puntas del Rompe aparecieran por fin. Fran se adueñó definitivamente de la (su) banda izquierda y puso varios centros con intención. En uno de ellos, tras desbordar a Jesús y José Murillo, el balón fue a despejarlo dentro del área pequeña el central Carlos, tercer Murillo de la escena, con tan mala fortuna que en lugar de sacar el balón, acabó rematándolo de forma espectacular a la red. El zaguero local se quedó clavado y estiró su pierna derecha para entrar en contacto con el balón. Perdió el equilibrio y terminó por chutar al interior de su propia portería.

El empate animó a ambos conjuntos y el duelo derivó en un intercambio de contragolpes. Líneas rotas, muchos espacios y grande dificultades para el repliegue. Adrián y Posadas llegaron a encontrarse en algún momento en el que levantaron sus cabezas del suelo y conectaron varias paredes por el centro. Fue sin embargo el cuadro monegrino el que se acercó más al segundo tanto con un remate de cabeza al palo cuyo rechazo quedó a los pies de Enrique Albero, que se perdió en recortes hasta malograr la ocasión.

La factura del esfuerzo se cobró las piezas del eternamente tocado Dioni y del desfondado Rober. Y porque no había más recambios, porque Juan también iba arrastrando el gotero. El central fue reemplazado por Kike, quien se colocó de lateral. Ello provocó que Juan pasase al medio campo y Pablo bajara al centro de la defensa. Por su parte, Diego se hizo sitio en un centro del campo cada vez más difuso. Sin posiciones concretas, los blanquinegros se dividían entre los que se quedaban a defender y los que se lanzaban al ataque a tumba abierta.

En ese correcalles final, Nicolae monopolizó todos los contragolpes locales. En una ocasión picó la pelota en exceso por encima de Dani ante la defensa de Pablo y Kike. Luego sembró el terror en el área del Rompe tras robar un saque en corto de Dani para Diego, pero no llegó a culminar. Y finalmente tampoco pudo imponerse en un mano a mano con José Antonio. Es el segundo partido consecutivo en el que se queda sin marcarle gol al Rompeolas (la anterior ocasión, el 1-0 en el Pirulí). Y que dure.

El Rompeolas quiso mantener el balón para defenderse y sacó siempre en corto. Joaquín y Fran abrieron una autopista por la banda izquierda, pero a la postre la ocasión para haber rematado la faena llegó por la banda derecha. Por allí se coló Jordi hasta centrar al corazón del área, donde Adrián, libre de marca, sólo tuvo que empujar el esférico a la red. Pero el árbitro señaló fuera de juego del delantero ante las protestas visitantes.

El Rompeolas deberá ahora hacer bueno este punto sacando algo positivo de su visita a La Cartuja el próximo fin de semana si quiere avanzar a la siguiente fase de la Copa.