Estreno con victoria

El Athletic Rompeolas comenzó —¡por fin!— con buen pie una nueva temporada en la Segunda Preferente Laboral con un triunfo sufrido por 0-3 frente al Venecia 07, equipo ascendido tras la nueva reorganización de las diferentes categorías, consecuencia de la desaparición de varios conjuntos.
Con la única —y muy grata— novedad del debutante Óscar en la portería, el conjunto avispa tiró de veteranía para dar un par de golpes certeros que, sin embargo, no le evitaron varios pasajes de zozobra en el segundo tiempo por culpa de una relajación excesiva, la habitual falta de oficio para manejar los resultados y una impericia por momentos desesperante frente a la portería rival. Defectos que no supo aprovechar el conjunto local, voluntarioso y con nervio, pero algo inocente en ataque, al que un gol le habría metido de lleno en el partido.
En el CD Miralbueno dejó su sello David Posadas, desequilibrante con acciones clave que decantaron el choque. El delantero del Rompeolas, recuperado finalmente para la causa tras un verano de aparentes titubeos sobre su continuidad, sirvió en bandeja el 0-1, resolvió a la perfección en el 0-2 y desaprovechó varias ocasiones más para haberse llevado el balón a casa —es un decir—. Especialmente clara una en el primer tiempo, en la que superó al portero local en el mano a mano y luego mandó el esférico a un lateral de la red. Posadas fue un «bienvenidos a la Preferente» para un Venecia 07 que se vio sorprendido por su repertorio de regates y recortes.
Le acompañaron un voluntarioso Santi, que volvió a mojar en el minuto 11 y vio cómo el árbitro le anulaba un segundo tanto tras rematar a la red un envío a balón parado, y un centro del campo de esfuerzo y kilómetros (hasta 12 llegó a contabilizar la app de Kike), formado por Juan y el propio Kike, peones móviles que fueron cambiando de posición (especialmente Kike, con hasta 4), Rober y Rubén, algo lastrado todavía por sus recientes molestias.
Peloteos insustanciales, malas entregas y despejes deficientes
En defensa, David González y Alberto marcaron la raya por el centro; Sierra firmó por el carril izquierdo una hoja de servicios sin tacha y, además, fue el único que en el segundo tiempo se desdobló en ataque alegremente frente al estatismo de sus compañeros. Sin oscurecer su labor defensiva, lo cierto es que Mario, lateral derecho, tuvo más problemas, especialmente en la salida del balón desde atrás.
Esos errores colectivos en el inicio de la construcción llevaron el peligro al área de un Óscar sobrio y ágil, bien colocado y dominador del juego aéreo. El Athletic Rompeolas se complicó la vida él solo con peloteos insustanciales, malas entregas y despejes deficientes que bien pueden achacarse a la falta de rodaje por el parón estival… esperemos.
El otro hándicap fue el poco uso que se le dio a las bandas para desahogar el juego Solo algunas incursiones de Juan, que centró sin precisión o con una fuerza desmedida, y las carreras de Santi por la izquierda ensancharon algo el campo. Por ese mismo flanco se coló al contragolpe Posadas en el minuto 11: tras adentrarse en el área, dejó con el molde a uno de los defensores y sirvió con temple un pase de gol a Santi, cuya fe para acompañar de cerca la jugada hasta el final tuvo premio, el 0-1.
Luego Posadas se escapó en solitario y, tras superar al guardameta local Pedro Martínez mediante un leve regate, ya con todo a favor, envió el esférico fuera, al lateral de la red. Esa piedad espoleó más a los locales, que, favorecidos por las lagunas del centro del campo avispa, se lanzaron a por un empate que bien pudieron haber conseguido cerca del descanso, pero el árbitro anuló la jugada dentro del área grande por un supuesto fuera de juego.
Juan pasó de la banda en su versión de ‘no doy pie con bola’ al esfuerzo continuo del centro del campo junto a Rober, mientras que el trotamundos de Kike Navarro (hasta cuatro cambios de posición durante los 80 minutos) y Santi, lastimado ya en una carrera apurada cerca de la línea de fondo, intercambiaron los flancos.
Las modificaciones, la lucha y el azar dieron de sí para marcharse al descanso con una ventaja mínima que, tras la reanudación, minuto 43, se vio ampliada en una de las acciones más clarividentes y, no por simples, absolutamente determinantes para el Rompeolas: la presión mínimamente coordinada en la salida de balón del Venecia 07. Posadas, Rubén, Santi y Kike estorbaron lo justo, pero fue Rober, pegado como una lapa a uno de los centrocampistas locales, el que, con su presión, logró robar el esférico y, aunque de manera no demasiado ortodoxa, sirvió un balón al borde del área grande que Posadas culminó con un control orientado con el que superó a sus marcadores y un remate posterior al fondo de las mallas.
Con 0-2, el partido siempre pareció abierto
A partir de entonces, una alarmante falta de oficio de los visitantes, que no supieron ni pudieron jugar al otro fútbol siempre tan necesario con una ventaja. Los ataques del rival se sucedieron ante el dejar hacer del centro del campo y el ataque avispas. Con Santi resistiendo su lesión muscular y Rubén, más bien ya tieso, un gol del Venecia 07 pudo haber dado pie a cualquier cosa, pero éste nunca llegó.
El Athletic Rompeolas, también justo de fuelle en su conjunto, renunció a desdoblarse en ataque y sobrevivió como pudo con el kilometraje de Kike y la contemporización fajadora de un Posadas venido del frío que apenas miró a portería en ese periodo ni dio una carrera de más hacia adelante. El choque se convirtió en un ida y vuelta que en varias ocasiones dejó a cuatro y hasta cinco jugadores del Rompeolas en disposición de sentenciar al contragolpe, pero su poco esmero en la carrera y la combinación mantuvo la expectación por el marcador.
Posadas, Joaquín (que entró sobre el minuto 52) y Rober perdonaron en el «tiro al muñeco» y solo en el tiempo añadido Joaquín hizo el definitivo 0-3.