El Rompeolas pone al rojo vivo la parte de abajo

La Taberna de Chipi 0 Suárez; García, Lázaro, Hernández, Lasheras (Jason, 41), Mainar, Marcuello (Mateo, 62), Del Río, Marín; Ruiz, Sevillano.

Athletic Rompeolas 3 Pablo; Kike, Arrébola, José Antonio, Alberto; Julio, Jordi, Joaquín, David (Mario, 12) (Ernesto, 66), Adrián, Coke.

Goles: 0-1, min. 16: Coke. 0-2, min. 24: Joaquín. 0-3, min. 60: Jordi.

Amonestaciones: El árbitro mostró cartulina amarilla a Sevillano, por La Taberna de Chipi, y a Kike, Adrián y Julio, por el Rompeolas.

Incidencias: Mañana fría. Volvió a soplar el cierzo y al comienzo de la segunda parte comenzó a llover suavemente. David sufrió un mareo y tuvo que ser sustituido a los pocos minutos de comenzar el partido. Jesús actuó de míster y Chichín y Visiedo apoyaron desde la banda.

      TORRE RAMONA. Ha costado mucho trabajo y sufrimiento, pero después de 18 jornadas, el Athletic Rompeolas mira la clasificación y se sabe vivo. El meritorio triunfo frente a La Taberna de Chipi (0-3), quinto que logra en esta tortuosa temporada, apuntala las esperanzas de un grupo que no se descompuso ni con diez derrotas consecutivas. Rearmado desde el compromiso defensivo y exhibiendo un centro del campo de calidad, el equipo azulón ha sido capaz de sumar desde entonces 15 puntos de 24 (6 de 39 en toda la primera vuelta) y colocarse a tres puntos de la salvación.

Además, frente a la Taberna de Chipi (el cuarto conjunto más goleador de la categoría), logró el hito, por primera vez en el presente campeonato, de mantener su portería a cero. Después de varios encuentros sufriendo goles estúpidos pese al gran esfuerzo colectivo en defensa, esta vez Pablo, portero circunstancial por las lesiones de Javi y Dani Laparra, no tuvo que recoger ningún balón de su marco. Ese hecho plasma por fin la clave de la recuperación del Rompeolas. De ser un coladero (44 goles encajados 10 partidos) ha pasado a recibir 10 tantos en 8 encuentros. Y eso es porque los rivales apenas consiguen llegar al área azulona.
Los de Kike saltaron al campo muy concienciados de la importancia de retener los tres puntos para meter el miedo en el cuerpo a los equipos de la zona media y desde el comienzo plantearon un partido muy serio frente a un rival con buena salida de la pelota y dos extremos de mucho peligro por las bandas. Las primeras combinaciones a dos toques dejaron claro que cualquier error sería letal. Pero la zaga formada por Arrébola y José Antonio, como pareja de centrales, y Kike y Alberto, por las bandas, contrarrestó todos los ataques de la Taberna de Chipi con contundencia y especial atención en los marcajes gracias sin duda a las ayudas de Julio y Jordi en el centro del campo. Tras unos minutos de aterrizaje, el ataque del Rompeolas comenzó a carburar y después de un buen robo en la zona ancha, Adrián disfrutó de la primera ocasión de gol. Fue solo la primera de una larga lista en una mañana sin olfato.

El susto lo puso David, que salió al partido pasado de revoluciones y, tras tres carreras alocadas, tuvo que ser sustituido por Mario aquejado de mareos. Pero la producción local no paró. Poco después, un zaguero visitante sacó de debajo de la portería un envío de Joaquín con marchamo de gol. Dos avisos que fueron la antesala del 0-1. La jugada nació en el empeño de Kike, convertido en la sombra del extremo izquierdo, al que persiguió hasta el centro del campo para cortar un pase y habilitar a Coke, quien aprovechó el achique para driblar a un par de defensas y escaparse por el centro hasta chutar ajustado al palo izquierdo de Suárez.

     Por aquel entonces Joaquín ya había encontrado una mina de oro por su banda izquierda y, tras varias incursiones subido a la vagoneta, logró el 0-2. El doble golpe antes de la media hora hizo daño a La Taberna de Chipi, desconcertado por la contundencia de su adversario y la inocuidad de su propio juego. El fragor en el marcaje le costó a Kike la tarjeta amarilla entre las quejas de sus rivales y tras un balón que Pablo no acertó a retener entre las manos, Alberto y el propio gardameta marcaron la raya dentro del área para evitar el remate del delantero ante las airadas protestas de La Taberna de Chipi, que reclamó penalti al unísono. Pero el árbitro señaló saque de esquina. Fue la acción más comprometida de la primera parte.

     En la reanudación y con el viento en contra, el Rompeolas se mostró firme en su defensa del resultado, sin bien La Taberna de Chipi mostró sus credenciales marchándose a por todas. Sus 43 tantos a favor no han sido por casualidad y tanto Ruiz como Sevillano dieron mucho trabajo a la defensa azulona. Un lanzamiento desde la frontal bien atajado esta vez por Pablo, varias cabalgadas veloces por las bandas que no encontraron rematador, unos cuantos envíos a balón parado en la habitual guerra de nervios y la reclamada pero no concedida expulsión de Kike por un manotazo involuntario a un rival mantuvieron en vilo a la parroquia del Rompeolas, que respiró aliviada con el gol de Jordi, especialista últimamente en rematar victorias que se resisten. Así ocurrió nuevamente. El Athletic Rompeolas, que recibió un poco de oígeno con la entrada de Ernesto I, marró ocasiones de gol hasta la desesperación. Adrián por la derecha. Adrián por la izquierda, por el centro. Dentro del área, de volea… Joaquín por la izquierda una y otra vez… No menos de tres tiros cruzados con su zurda buscando el segundo palo que terminaron saliendo fuera. Hasta que llegó la típica carambola del jugador de videoconsola aburrido por ganar todos los partidos que ya intenta lo imposible. El extremo del Rompeolas se escapó por la derecha y disparó al palo. En carrera le llegó el rebote y esta vez su lanzamiento impactó contra el larguero entre las risas nerviosas de sus compañeros y los gritos guasones de Arrébola: «¡Tiraaaaa, Joaquín! ¡Vuelve a tirar que si le das otra vez al palo te dan premio!».

     Felizmente, Jordi, con un suave toque al borde del área tras una jugada de tiralíneas por la banda izquierda, salvó la salida del portero y certificó una goleada que comprime la clasificación y deja al Rompeolas un poco más cerca de su objetivo de la permanencia.

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