El Bar Estudiantil no dio ninguna opción

Fútbol Laboral Zaragoza. El Athletic Rompeolas se da de bruces con la contundencia del Bar Estudiantil y ve frenada su racha de seis partidos sin perder.

 

Athletic Rompeolas 0  Javi; Julio, Arrébola, José Antonio (Orcajo, 70), Alberto; Pablo, Jordi (Mario, 70), Joaquín, Raúl (Ángel, 79); Adrián y Dani (Ernesto, 72).

Bar Estudiantil      2  Cisneros; Helmgaard (Brun, 72), Cerro (Melendo, 60), Navas, Díez;Barros, Sariñena (Palos, 72), Zubiri, Pedro; Benedí y Lorenzo (Rodrigo, 74).

Goles: 0-1, min. 28: Lorenzo. 0-2, min. 67: Lorenzo.

Árbitro: Ibarzo Pasamar. Mostró cartulina amarilla a Jordi, por el Athletic Rompeolas, y a Cerro y Lorenzo, por el Bar Estudiantil.

Incidencias: se guardó un minuto de silencio en memoria del futbolista alevín del Stadium Casablanca Óscar Lou, fallecido el pasado 5 de marzo.

  TORRE RAMONA.  La necesidad y el ánimo del Athletic Rompeolas por escapar de la tercera plaza de descenso no bastaron para doblegar al enérgico Bar Estudiantil, que con dos tantos de su delantero centro Ángel Lorenzo acabó con la racha de seis partidos invicto que llevaba el equipo de Kike, que queda ahora a un punto de la salvación que marcan el Bar Bierzo 2, que volvió a perder, y el Café Olé Fútbol, que desperdició una ventaja de dos goles y acabó empatando 3-3 frente al líder Las Cañas.

      El equipo de Kike salió concienciado de la importancia del choque, pero se dio de bruces con la mejor versión del Bar Estudiantil, esa con la que se aupó al liderato durante muchas jornadas y que recupera justo ahora para mantener sus opciones de ascenso después de una flojera de cuatro partidos sin ganar. No dio ninguna opción la escuadra de La Cartuja, que derrochó fuerza y trabajo en el centro del campo achicando los espacios y maniatando el ingenio ofensivo de su oponente hasta el punto de que no cabe resaltar ninguna ocasión clara de gol de los locales. Seis jornadas hacía que el Rompeolas no se quedaba sin marcar, las mismas que se contaban desde la última derrota, sufrida frente al Veteranos Garrapinillos (2-0).

       Ni Adrián, ni Jordi, ni Joaquín, ni Raúl manejaron la pelota con la habilidad acostumbrada de otros días. Cuando querían darse cuenta dos rivales tapaban cualquier opción tanto de avance como de pase. Podía más el hambre de gloria que la urgencia por huir del peligro. Los azules siempre llegaban tarde y al menos mantenían la compostura en defensa ante la autoridad de los visitantes en el centro del campo. El Bar Estudiantil dejó claro desde el calentamiento que no había venido de paseo y penetró por ambas bandas acogotando al sistema defensivo de los locales. El primer aviso serio llegó con un disparo desde fuera del área que se topó con el palo izquierdo de Javi.

       El Rompeolas sudaba tinta para llevar balones a la zona de tres cuartos. Ante esa dificultad, las jugadas a balón parado adquirían una relevancia que sus jugadores no advirtieron. No aprovecharon como se merecía los saques de banda pegados al área ni las faltas colgadas hacia los dominios del portero Cisneros. Por el contrario el Bar Estudiantil acabó encontrando el hueco por su banda derecha. Su extremo cogió la espalda a la defensa y en semifallo –aquello no fue ni centro ni chut a puerta- envió la pelota al larguero y el rechazo fue aprovechado por Lorenzo, que se arrojó al suelo para enviar a la red (0-1).

      A esas alturas estaba claro que ese rival nada tenía que ver con el que ofreció una pobre imagen en el feudo del Artideco hacía justo un mes. Contundencia, ritmo alto de juego y la idea clara de ir a por los tres puntos. El paso por los vestuarios dejó una colección de cabezas agachadas entre los locales, que no veían forma de meterle mano al partido.

    Buscaron recuperar el control situando a Raúl en el centro y escorando a Jordi a la derecha como falso extremo, pero el movimiento no sirvió de mucho. El Bar Estudiantil seguía muy cómodo y mantenía un ritmo alto. Para colmo José Antonio se resintió de un bocadillo sufrido durante el primer tiempo y tuvo que ser sustituido por Orcajo, que se echó a la derecha. Alberto ocupó la posición de central y Julio pasó a la izquierda. La línea defensiva trató de juntarse al desbordado centro del campo achicando los espacios pero solo hacía que correr hacia su propio área. La consistencia del Rompeolas, por entonces ya muy en entredicho, saltó por los aires poco después cuando Lorenzo recibió en ventaja al borde del área. Arrébola volvió a caer en el vicio de levantar el brazo en lugar de apurar la jugada y el punta del Bar Estudiantil envió cómodamente fuera del alcance de Javi (0-2).

      Hasta el final, los locales insistieron en su quiero y no puedo y al menos no cayeron en la frustración. Ese no era el guion previsto. Pero la película no ha acabado y el desenlace aún está por decidir.

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