Desliz, descanso, empanada y marcha atrás

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Bar Estudiantil 5

Ath. Rompeolas 1  

Javi; David (Kike), Jesús, Arébola, Quique; Pablo, Ernesto, Ángel, Adrián; Joaquín, Dani.

     LA CARTUJA. Pocas veces el paso por los vestuarios desinfla de tal manera a un equipo. El Athletic Rompeolas se marchó al descanso con una derrota por la mínima después de una primer parte digna frente al Bar Estudiantil, uno de los equipos que se disputa el liderato de la categoría, y a la vuelta compareció con encefalograma plano hasta cosechar otra abultada derrota por 5-1 que lo condena en su triste condición de colista y equipo más goleado.

     Durante los primeros 40 minutos el equipo de Kike se mantuvo en pie frente al líder. Auxiliado por un larguero, varias paradas de Javi, y una resistencia defensiva por momentos numantina, fue capaz de mantener la puerta a cero durante bastantes minutos. E incluso se asomó en varias ocasiones a la portería rival con a través de llegadas de Adrián, Dani y Joaquín. Pero las buenas sensaciones acabaron con un nuevo desliz en el repliegue. Lento y sin contundencia, el equipo se dejó sorprender por un contragolpe de libro comandado por el escurridizo extremo (dorsal 17) del Bar Estudiantil. Primero se fue de Arrébola y luego de Jesús. Su centro atrás fue remachado a la red por otro atacante que no encontró oposición en la cobertura de Quique.

     Pese a la contrariedad, nada hacía presagiar lo que se venía encima. Desde el mismo saque de centro se apreció el cortocircuito. En menos de dos minutos el Rompeolas se hundió sin remedio hasta el 3-0. Tras un saque de esquina que nadie defendió llegó el sonrojante 4-0. Javi evitó alguno más con varias paradas y salidas a la desesperada. Era para desesperarse. Se vio apatía y hundimiento general.

     Adrián ofreció la única nota positiva del segundo tiempo con una breve exhibición de su calidad. Bajó un balón al borde del área, se lo acomodó a su pierna buena y conectó un disparo raso en forma de latigazo ante el que na da pudo hacer el guardameta local. 4-1. Pero el mal ya estaba hecho. El partido derivó en una verbena sin control. Ángel rondó el gol y el Bar Estudiantil hizo el quinto tras otra salida al corte de Arrébola para olvidar (aquí se recuerda) y una pasada de frenada de un mal colocado Quique.

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     No era el campo más propicio para puntuar, pero el baile fue del todo punto innecesario. El Bar Estudiantil se mostró como un equipo joven empeñado en el noble propósito de tratar bien la pelota y jugar al ataque, con varios jugadores de calidad. Pero también pecó de displicencia defensiva, falta de contundencia en balones divididos y discreto poder intimidatorio. Ese es el líder y ese es el nivel de esta categoría, que por ahora le sigue viniendo grande al Rompeolas.

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