Remontada para seguir creyendo

El Athletic Rompeolas, pese a otro mal partido, levanta en los instantes finales el 1-0 adverso frente al Bar El Templo y mantiene vivo el pulso por la salvación

Los tantos de Héctor y Dani sorprenden al conjunto local, que perdonó y queda ahora a 6 puntos

 

Bar El Templo            1 

José Antonio Pascual; Adrián Cabello, Miguel Ángel Castillo, Carlos Marcuello (Adrián Bartolomé, 60), Leonardo, Óscar Marín; Alberto Alloza, Francisco Ceperuelo, Adrián Benaque, Sergio Arauzo, Daniel Tenas (Jorge Chabuel, 11).

Athletic Rompeolas  2

Dani Laparra (Joaquín, 40); José Antonio, Alberto, Kike (Ernesto, 55); Eduardo Peinado (Sierra, 50), Pablo, Juan, Rober, Héctor (David, 70), Posadas (Mario, 80), Dani.

Goles: 1-0, min. 46: Carlos Marcuello. 1-1, min. 67: Héctor. 1-2, min, 79: Dani.

Árbitro: Juan Fusie Lozano. Mostró cartulinas amarillas a José Ceperuelo, Adrián Cabello y Jorge Chabuel y al visitante Dani López, en este último caso por desplazar el balón. En su acta, el colegiado otorga erróneamente uno de los dos goles del Athletic Rompeolas a Pablo Pellitero, que en el segundo tiempo se puso bajo los palos tras la lesión de Dani Laparra.

Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de Segunda Preferente del fútbol laboral de Zaragoza. Mañana fría en la que sopló cierzo. En el transcurso del primer tiempo, el portero del Athletic Rompeolas Dani Laparra sintió un pinchazo en uno de sus gemelos y aguantó como pudo hasta el descanso. Fue sustituido por Joaquín, mientras que Pablo se colocó bajo los palos. Es la segunda lesión muscular (en un gemelo también) de dos porteros del Rompeolas en dos jornadas consecutivas. En la anterior ocasión cayó Javi. Tanto Dani Laparra como Pablo se enfundaron la sudadera negra por coincidencia cromática de su camiseta con la elástica fucsia del conjunto local. Por otra parte, por segunda semana consecutiva, Ángel fue el único integrante del banquillo que no llegó a entrar al terreno de juego.

CDM DELICIAS. El Athletic Rompeolas sumó de forma sorpresiva su segundo triunfo de la temporada después de darle la vuelta al marcador en el último momento gracias al oportunismo de Héctor y Dani. El Bar El Templo se recreó con el 1-0, acumuló suficientes ocasiones para haber sentenciado el encuentro, pero perdonó y acabó buscándose la ruina.

Cuando peor pintaba el panorama para los de Kike, con el equipo hecho jirones en cada contragolpe local tras el tanto de Carlos Marcuello, una jugada aislada a balón parado dio alas a los blanquinegros, que pese a los malos síntomas, no se conformaron con el empate. Al borde del pitido final, Dani recibió un balón al borde del área y resolvió sin piedad delante de Pascual para llevar al Rompeolas hasta los 7 puntos, a 3 ahora mismo de la línea de la permanencia. Es una clasificación la de la parte baja de la tabla que conviene no perder de vista. Más bien hay que tenerla muy presente:

 

 

Fue un pequeño milagro que el partido tuviera ese desenlace. El Athletic Rompeolas salió del vestuario aterido de frío, pero con la intención de dar un paso al frente: una línea de tres centrales que debía convertirse en un muro infranqueable y dos laterales largos que en ataque tenían que ofrecer apoyo a un centro del campo que pretendía gobernar la pelota por acumulación de piezas. Y, por delante, dos puntas que pretendían protagonismo y presencia constante en el área. Pero la realidad desdibujó el boceto y mostró a un equipo muy desacertado en los pases y refugiado en su campo, con una línea defensiva apurada en la que Alberto sufría para llegar al corte y un gran agujero en el costado derecho en el que Eduardo Peinado deambuló inadaptado a su novedoso papel de lateral largo. Frustrado por encontrarse muy retrasado cuando sus compañeros del centro del campo recuperaban el balón, ni tapó al extremo izquierdo de su banda, ni sirvió de desahogo por ese costado ni saltó a la presión al lateral rival.

 

El colmo fue la lesión de Dani Laparra. El portero del Rompeolas sufrió un tirón muscular en una arrancada cuando salió a recoger un balón que se perdía por la línea de fondo. Aguantó como pudo hasta el descanso, despeje incluido tras cesión del despistado Alberto, que a los diez minutos ya había olvidado el precario estado físico de su compañero. La baja de Laparra se une a la de Javi ocurrida por idéntica dolencia una jornada antes, lo que deja al polivalente Pablo como único miembro de la plantilla con  hechuras de guardameta. Tener tres arqueros de garantías cuando muchos equipos tienen sólo uno o ninguno y que se lesionen dos…

Hasta la tregua del intermedio los locales mantuvieron la iniciativa pese a la temprana baja de Daniel Tenas. Progresaron especialmente por su banda izquierda, por donde Sergio Arauzo apuraba las jugadas para intentar desbordar cerca del área y mantuvieron casi siempre el control gracias al buen manejo de la pelota de Adrián Benaque y Carlos Marcuello. Y mientras, el Rompeolas, a tapar huecos, a achicar balones y a tratar de salir como podía de su campo. Pases a contrapié, movimientos inconexos y una creciente colección de gestos de desaprobación. Dani remató a la red un balón pero el árbitro anuló la jugada por fuera de juego. Definitivamente el cero a cero era la mejor noticia.

El receso fue empleado por el vestuario del Rompeolas para recordar el propósito inicial de salir a por el triunfo, algo muy necesario para un equipo que marcha colista y sólo lo ha logrado una vez en nueve intentos. Pablo se colocó bajo los palos y Joaquín entró por la banda izquierda.

Pero lo que ocurrió fue que el Bar El Templo se encontró con el 1-0 tras un balón filtrado por el centro a Carlos Marcuello, quien aguantó la defensa de Kike y, sin ángulo, colocó el esférico en la escuadra tras rozar éste ligeramente en el muslo derecho de Alberto. La ventaja terminó por romper la maltrecha cohesión de los blanquinegros, que acabaron partidos en dos. Benaque y Marcuello comandaron los contragolpes locales y agrandaron el desbarajuste de los de Kike. El autor del gol de los locales tuvo en sus botas la sentencia, pero esta vez envió el balón demasiado cruzado.

Había agujeros por todas partes. Sierra salió para tapar el generado en el costado derecho y muy pronto la marcha de Kike (sustituido por Ernesto) lo convirtió en el tercer central. Su empeño por sacar la pelota jugada y el despliegue de Juan y de un inconmensurable Rober, corriendo de un lado a otro como un bombero apagafuegos, fueron los clave en el increíble desenlace final. El defensa se ofreció por tres veces en corto a Pablo pese a que por entonces recibir la pelota en esa zona era casi una garantía de quedar en evidencia.

Como el Bar El Templo no remató su triunfo, el Athletic Rompeolas se revolvió y, en una jugada a balón parado, Posadas botó al corazón del área, José Antonio no llegó por poco y detrás suyo, Héctor tocó lo justo para despistar a José Antonio Pascual. El empate, por inmerecido, era un botín más que suficiente para haber implorado el pitido final ya mismo, pero por absoluta necesidad o pura inconsciencia el conjunto blanquinegro siguió buscando el tanto del triunfo aun a costa de perderlo todo. Aunque fuese de esa manera caótica y desesperante, con algo de corazón, pero sin cabeza ninguna. Y en el último minuto, la presión de Rober junto a Joaquín sirvió para rescatar un balón en el centro del campo y servir en bandeja a Dani, quien al borde del área y separado un par de metros de su marcador, ejecutó a Pascual ante la locura de sus compañeros.