Atlético Batán 0 Athletic Rompeolas 0

Un punto muy sufrido 

El Athletic Rompeolas sale vivo de su visita al Atlético Batán, segundo clasificado, gracias su capacidad de sufrimiento y a una intensa labor defensiva

Los de Kike suman su tercer empate consecutivo en una jornada que trajo las derrotas del San Miguel, Veteranos Garrapinillos y Huérmeda

Joaquín, delantero centro en esta ocasión, pelea por un balón aéreo contra tres defensas del Atlético Batán.

 

Atlético Batán            0 

Larco; Vargas (Natalías), Sanz, Martín, Campos; Ormad (Franco), Mur, Rodríguez (Zamorano), Orban, Peralta (Gregorio); Mínguez.

Athletic Rompeolas   0 

Pablo; David Orcajo (Dani Laparra, 76), Mario, José Antonio, Ernesto (Ángel, 70); Julio, David González, Rober, Mario Marco (Kike, 52), Sierra; Joaquín.

Árbitro: Francisco Vicente. Mostró cartulinas amarillas a los locales Vargas y Franco y a los visitantes Ernesto, José Antonio, David Orcajo y David González.

Incidencias: Mañana soleada y calurosa en Villanueva de Gállego.

ENRIQUE PORTA.  Al Athletic Rompeolas le sienta bien el mono de trabajo. Cuando intuye que va a sufrir, sale al campo con un espíritu combativo y se muestra solidario en el esfuerzo, aunque a veces se pase la mayor parte del encuentro yendo detrás del balón. Así volvió a ocurrir frente al Atlético Batán, segundo clasificado y aspirante al ascenso a Primera, al que arrancó un valioso empate a cero después de resistir su asedio.

Los de Kike habían igualado un solo encuentro en 19 jornadas y en las tres últimas semanas sólo saben empatar. Claro, que hay mucha diferencia entre sumar un único punto frente al débil CD Sofía en un partido lamentable y frenar a un aspirante al ascenso en su propio feudo a base de apretar los dientes.

Resistir fue básicamente a lo que se dedicó el conjunto naranja frente al empuje de los rojinegros, más altos, más fuertes y con más picardía para explotar sus virtudes y esconder sus defectos.

El Batán planteó un partido muy físico y concentró el grueso de sus efectivos en el centro del campo. Sin una referencia clara en punta, Mínguez pareció actuar como falso delantero en apoyo de el triángulo formado por Rodríguez, Mur y Ormad.

Rober es superado con un pase a Ormad. El centro del campo del Batán concentró un buen número de efectivos.

Pero lo cierto es que los locales se encontraron con un espejo porque el Rompeolas salió también con un centro del campo súper poblado. En su caso más por protección que como argumento ofensivo. Ausentes jugadores como Coke, Posadas y Héctor, la apuesta por el control del esférico para domeñar a los Ormad, Mínguez y Natalías era una estrategia suicida, así que el Rompeolas formó un triángulo con Julio, David González y el reaparecido Rober por delante. En las bandas, Mario Marco y Sierra se hartaron de correr arriba y abajo pero el balón muchas veces iba y venía más rápido que ellos

Atrás, José Antonio puso orden en el desmadre defensivo vivido la jornada anterior frente al CD Sofía. Con él al frente, Mario y Ernesto y David Orcajo se mostraron más consistentes y centrados… mientras dieron de sí sus fuerzas.

Si hasta entonces hubo problemas estos llegaron cuando Mínguez recibió de espaldas y utilizó su cuerpo para desbordar. Un par de salidas al corte fallidas de José Antonio permitieron al delantero local probar la buena colocación de Pablo. El peligro también llegó por la banda derecha, donde Peralta dio mucho trabajo a Ernesto. En una de sus incursiones, los locales reclamaron penalti porque el balón impactó en la mano derecha del lateral izquierdo del Rompeolas, una extremidad que tenía pegada a su cuerpo, aunque en todo caso el árbitro no se inmutó.

Mario estira su pierna izquierda para tratar de tapar un disparo desde fuera del área del Batán.

En la zona de ataque, Joaquín se batía el cobre con hasta tres defensores. Tuvo que armarse de paciencia el delantero naranja para afrontar un partido lleno de sinsabores peleando siempre por envíos aéreos que muchas veces eran una forma evidente de quitarse de encima el balón más que pases con intención. Pese a las dificultades, creó problemas y sumó las escasas opciones de remate para su equipo. Al poco del comienzo, recibió de espaldas dentro del área y a la media vuelta disparó sin puntería.

Luego, en otro envío aéreo a la espalda de los centrales, su carrera forzó la salida del área del portero Larco para despejar y, en el encuentro con sus compañeros de zaga, el ariete del Rompeolas reclamó una posible mano.

Joaquín reclama una posible mano de un jugador del Batán.

Como cabía esperar, la batalla se concentró en el centro del campo. Allí la superioridad física de los locales se hizo patente en cada salto, en cada balón dividido, en cada choque. Y cuando los del Rompeolas desafiaban ese dominio, el Batán cometía falta sin miramientos. Y si había que tirar de la picardía para no perder el esférico (un recurso del que el Rompeolas anda tan escaso como de goles a favor), sus gritos de dolor eran los que en muchos casos animaban al árbitro a señalar falta a su favor.

Ese empuje acabó arrinconando a los de naranja, que a la media hora de partido ya se habían acostumbrado los once a defender dentro de su propio campo. Al menos esa circunstancia favoreció el repliegue y el achique de espacios y hasta Pablo sólo llegaban tiros desde fuera de su área y centros, muchos centros aéreos. El guardameta del Rompeolas respondió una vez más con generosidad tratando de atrapar todos los envíos y también volvió a arriesgarse más de la cuenta en alguna acción en la que dejó el balón muerto a merced del equipo contrario.

Pero más expuesto si cabe quedó en el último minuto de la primera parte. El Rompeolas sacó una falta en su propio campo y en lugar de contemporizar y asegurar la posesión hasta el descanso, envió un peligroso pase horizontal que acabó siendo cortado por el Atlético Batán. Como un rayo, Peralta, cambiado de banda, dejó atrás al central Mario y acabó disparando a puerta, pero Pablo salvó con sus piernas.

Un criterio peculiar

Arbitrar es muy difícil, sobre todo cuando el colegiado de turno manifiesta un criterio tan volátil, tan poco sometido a un patrón de conducta. ¿Es falta saltar apoyándose con los brazos en la espalda del contrario? ¿Por qué una patada sin opción de jugar el balón no se castiga con amarilla? ¿Por qué Francisco Vicente se piensa tanto sus decisiones que transcurre un mundo de segundos hasta que hace sonar su silbato? ¿Tanto duda? ¿Y por qué es tan receptivo a los gritos de queja que suele pitar falta a favor del que chilla?

En el segundo tiempo el Atlético Batán sumó más madera con Natalías y acentuó todavía más su dominio, aunque este sólo se tradujo en más posesión y un martilleo constante de balones colgados al área de Pablo. Poca profundidad y escasa presencia en el área. Faltó un jugador que amenazara la espalda de la línea defensiva del Rompeolas.

Mario Marco ya había pedido el cambio en el descanso, pero Kike lo exprimió hasta el minuto 52. Por su parte los locales renovaron fuerzas dando entrada a Gregorio y Zamorano, pero la falta de profundidad continuó siendo su gran baldón. Faltaban ideas en ataque y el cansancio debido al sofocante calor para todavía no haber llegado la primavera empezó a hacer mella en ambos conjuntos.

El más perjudicado parecía David Orcajo, sólido hasta ese momento, pero que ya que deambulaba por el campo con el gotero a rastras. Su banda derecha se convirtió en el flanco débil por donde el Batán podía colarse y superar su espesura con la pelota. Así que el banquillo del Rompeolas quemó sus naves y, después de dar entrada a Ángel en lugar de Ernesto, Dani Laparra, portero suplente, se colocó las espinilleras y con el 12 a la espalda saltó al campo para colocarse como interior derecho. El grifo defensivo lo cerraría hasta el final Sierra, con fuelle suficiente para dos partidos.

Pese a ese sellado, el conjunto naranja estaba cogido con alfileres y el Atlético Batán tuvo el triunfo en su mano. Primero, tras una palomita de Pablo que malogró escurriéndosele el balón de las manos y quedando éste suelto en el área. Y la más clara, ya cerca del final, cuando, en boca de gol, Natalías no llegó a conectar con el esférico.

Natalías tuvo una de las ocasiones más claras para haber logrado el triunfo.

El árbitro añadió hasta el minuto 85, pero el resultado no se movió.

 

 

 

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