Athletic Rompeolas 5 Salamero 1

Goleada que certifica la permanencia de forma matemática

El Athletic Rompeolas pasa por encima de un Salamero hundido tras la absurda expulsión de Iván Latas

 

Los jugadores del Rompeolas se abrazan celebrando el primer tanto del partido de David Soriano.

 

Athletic Rompeolas   5

Dani Laparra; Kike (Pedro, 56), Alberto (José Antonio, 15, Ángel, 60), David González, Mario Lafuente (Joaquín, 41); José Manuel, David Soriano, Juan (Ernesto, 41), Santi Mur, Jordi; Dennis.

Salamero                    1

Bryan Oconor; Francisco Guatia, Ángel Benito, Iván Latas, David Gil (dorsal 8), Guillermo Ferrer; Diego Calvo, Ilmar Calero, Florentin Botezatu (Caceres, 30), Robert Cordero, Melvin Calero.

Goles: 1-0, min. 8: Jordi. 1-1, min. 32: Guillermo Ferrer, de penalti. 2-1, min. 38: David Soriano. 3-1, min. 47: David Soriano. 4-1, min. 57: Dennis. 5-1, min. 70: Joaquín.

Árbitro: Lorenzo García Pellicer. Mostró cartulinas amarillas a los locales Juan y David González y al jugador del Salamero Iván Latas, en dos ocasiones, la segunda en el minuto 25, por lo que fue expulsado. En el acta no consta un jugador del Salamero que, con el dorsal 8, sustituyó en el minuto 49 a David Gil. El árbitro escribe que en ese cambio entró Alberto Hernandez (dorsal 14). Fuera o no el tal Alberto, las imágenes tomadas demuestran que el futbolista de recambio lució el 8 a la espalda.

Incidencias: Vigésimo tercera jornada de la liga Laboral Segunda Preferente. Mañana de temperatura muy agradable (al sol). En las filas locales, José Sierra fue baja de última hora por un problema estomacal y debutó Pedro Navarro, último fichaje. Además, Alberto sufrió su enésima lesión tras sufrir una rotura fibrilar en su gemeo derecho al cuarto de hora de juego. A la conclusión del partido, el Rompeolas celebró un almuerzo en el bar del Giner al que acudieron Jesús (que previamente actuó como delegado de campo), Chichín, Visiedo y el apolíneo Julio Muro.

 

GINER. El Athletic Rompeolas jugará una temporada más en Segunda Preferente una vez certificada su permanencia con una victoria contundente frente al colista de la categoría en una mañana plácida que sirvió para engordar el registro goleador y repartir minutos entre los dieciséis jugadores de la convocatoria, incluido el más reciente fichaje Pedro Navarro. Este triunfo, unido a la derrota de La Parada-Deportivo Onairam, antepenúltimo con 18 puntos y cuatro jornadas pendientes (doce puntos) hace inalcanzable al conjunto avispa, que ya suma 34.

El camino se allanó con el tempranero gol de Jordi y la estúpida expulsión del central visitante Iván Latas, jugador de cable pelado que dejó a su equipo con uno menos en apenas veinticinco minutos. Pese al empate logrado desde el punto de penalti, los locales siguieron a lo suyo y se marcharon al descanso con una ventaja mínima que luego ensancharon explotando las facilidades de una zaga abierta y adelantada. David Soriano sumó dos tantos a su despliegue físico, Dennis volvió a ver puerta por segunda jornada consecutiva como punta y Jordi se recreó en la posición de media punta dando un recital de jugadas y asistencias de gol.

 

UN COLISTA ARRUINADO

Quien escribe tuvo el privilegio de ver el único triunfo del Salamero en la presente temporada. Ocurrió en La Cartuja en la mañana lluviosa del 18 de noviembre (3-4 frente al Bar Estudiantil en un partido de locos). Por aquel entonces, la novena jornada, el recién descendido de Primera Laboral parecía aterrizar por fin en la nueva categoría y se encontraba a sólo cuatro puntos de un Rompeolas asaltado por las dudas. Siete días después, el igualado duelo vivido entre ambos que cayó del lado rompeolense abrió definitivamente una brecha entre ambos que, tras cuatro meses, se ha convertido en un abismo de treinta puntos de diferencia.

En ese tiempo, los avispas han ido creciendo conforme sus fichajes han ido cobrando mayor protagonismo, mientras el cuadro naranja se ha estrellado  una y otra vez ante la evidencia de que su tiempo ha pasado. El empuje y el amor propio de jugadores como Francisco Guatia, Guillermo Ferrer y Diego Calvo no ha bastado para sostener un proyecto que hace tiempo se vino abajo.

José Antonio y Melvin Calero saltan para pugnar por el balón.

La trayectoria descendente de las últimas temporadas en Primera y la fuga de efectivos del verano pasado tras consumar su descenso lo dejaron herido de muerte. El Salamero ha tratado de recomponerse captando jugadores de aquí y de allá y, una vez que se ha dado cuenta de que la empresa de la salvación era ya imposible, ha decidido terminar al menos con dignidad una temporada de pesadilla.

Con ese noble propósito compareció el domingo en el campo del Giner y de él no se apartó pese encajar el primer gol muy pronto, minuto 8, un tanto rocambolesco tras un tiro extraño de Jordi que botó tres veces antes de burlar las manos resbaladizas del portero Bryan Oconor. Ya por entonces había asomado la patita el dorsal 4, caballo de Troya del conjunto naranja. Un enganchón en el suelo con Jordi, una protesta al árbitro, un escupitajo a Juan…

Puede resultar duro descubrir que el equipo rival te señale antes del partido como un agente desestabilizador, pero lo cierto es que Latas, como ya hiciera en el encuentro de la primera vuelta, no faltó a su cita con la polémica. Con una amarilla ganada a pulso y pese a las llamadas a la calma desde su banquillo, el central del Salamero se lanzó como un mercancías descontrolado a cortar el avance de Santi Mur por la banda izquierda y, claro, el convoy descarriló. «¡Has jodido al equipo!», gritaba una y otra vez el entrenador visitante mientras zarandeaba en la banda a su jugador ya expulsado.

 

 

David Soriano cruza el balón ante la salida del portero del Salamero Bryan Oconor y logra así el 2-1 a de Jordi.

 

La inferioridad numérica tampoco descorazonó a los visitantes, que siguieron incomodando el juego del Rompeolas, algo disperso desde la expulsión. Ese empeño pese al cúmulo de adversidades tuvo premio pasada la media hora de juego cuando el árbitro entendió como punible un forcejeo dentro del área local entre David González y un atacante naranja. Guillermo Ferrer fue el encargado de transformar la pena máxima, 1-1.

 

 

David Soriano se encargó de neutralizar la sorpresa antes del descanso aprovechando una asistencia de Jordi dentro del área. El 22 del Rompe, desplegado en ataque, se marchó de un defensor y, ante la salida de Bryan, cruzó el esférico a la red, 2-1.

 

 

Jordi trata de llegar al remate pero el portero visitante despeja antes el balón dentro del área.

 

En el descanso, el conjunto avispa se mentalizó para no enredarse en confianzas y salió a sentenciar el marcador. Ernesto y Joaquín entraron en sustitución de Mario Lafuente y un desdibujado Juan, que había visto una cartulina amarilla por llamar guarro al autor del esputo. Una desconsideración, la del adjetivo calificativo (y no la del salivazo repugnante, que quedó impune) que no pasó por alto el juez de la contienda, Lorenzo García Pellicer, todo veteranía y autoconsideración. En su hoja de servicios queda haber amonestado a uno de los jugadores mas nobles y blandos de la Laboral por este hecho.

En la caseta, antes del arranque, el veterano colegiado (que ya podía haber sido designado para un partido más complicado que éste, por ejemplo el del próximo domingo en Valdefierro), exigió a los capitanes respeto hacia su persona y luego, sobre el campo, derrochó personalidad y autocomplacencia, pero sobre todo displicencia hacia unos y otros disfrazada de autoridad. No es que señalara lo que buenamente veía o entendía, como cualquiera haría en su caso, es que aseguraba acertar siempre y en todo momento. Y claro, con seguir de cerca el juego desde la banda o situarse en línea con la adelantada zaga del Salamero, quedó patente que él tampoco es infalible. Ni mucho menos. Porque erró señalando faltas que no fueron y porque no disponía de asistentes humanos o virtuales que le evitasen señalar fuera de juego en una arrancada de Dennis desde su propio campo o dejar seguir un par de ataques del Rompeolas con sus atacantes bastante más adelantados que la línea defensiva rival.

A los siete minutos de la reanudación, el despliegue ofensivo del centrocampista David Soriano permitió al Rompeolas subir el tercero al marcador cuando remachó a la red un balón suelto repelido por el portero del Salamero a tiro desde fuera del área de  Santi Mur, desbordante al contragolpe.

Santi Mur y Bryan Oconor chocan de manera fortuita fuera del área.

La cierta holgura en el luminoso dio luz verde al resto de cambios. Debutó Pedro Navarro, que en su primera intervención, hilvanó una combinación de paredes con su amigo Jordi y acabó asistiendo al borde del área a Dennis, que ganó la posición a su marcador Ángel Benito y, tras propinarle un manotazo en la cara de forma involuntaria, disparó cruzado con violencia a la red, 4-1. El Salamero se abrió en canal y cada posesión del Rompeolas era una incitación a los envíos en largo a los que  casi siempre corrió Santi Mur. En uno de ellos, chocó violentamente con el portero visitante y quedó tirado en el suelo sin respiración. La rápida actuación del árbitro exhortándole a que respirase por la nariz, a García Pellicer lo que es de García Pellicer, evitó un susto mayor.

 

Pedro maneja el balón en el centro en el día de su debut con la camiseta del Rompeolas.

 

La guinda del pastel la puso Jordi recogiendo un esférico suelto en zona de tres cuartos y adentrándose por el centro hasta la misma boca del lobo, donde emuló la jugada del madridista Guti contra el Deportivo dejando el balón atrás franco para la llegada de Joaquín, que pasaba por allí y recogió el regalo para hacer el quinto y definitivo tanto con su pierna derecha.

 

Jordi (6) se marcha contra la portería del Salamero y hace lo que nadie espera: cede el balón atrás.

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