Athletic Rompeolas 4 CD Veteranos Garrapinillos 3

Otro líder destronado por el Athletic Rompeolas 

El conjunto avispa derrota al Veteranos Garrapinillos gracias a su inspiración en ataque y el acierto de Javier Chivite bajo los palos y se regala un final de competición para disfrutar

Los despistes a balón parado de los locales propician un final de infarto

 

Los jugadores del Rompeolas se reúnen para celebrar el cuarto y a la postre definitivo gol.

 

Athletic Rompeolas               4 

Javi; Sierra (Mario Lafuente, 77), Juan, Dioni, Jordi; José Manuel, Rober, Santi Mur (Ernesto, 71), Joaquín (Ángel, 74); Posadas (Alberto, 84), Dennis.

CD Veteranos Garrapinillos  3

Luis Forcén; Marco Celma (Jorge Buil, 51), Juan García, Javier Lacabe, Néstor García; Armando Escudé, Alberto Martos (José María Mimbiela), Ángel Cambra, Enrique Cobos (Israel Blasco, 60), Jorge García, José Cambra.

Goles: 1-0,min. 9: Posadas, tras golpear el balón en Armando Escudé. 2-0, min. 45: Dennis. 2-1, min. 58: José Cambra. 3-1, min. 60: Santi Mur. 3-2, min. 64: Javier Lacabe. 4-2, min. 76: Posadas. 4-3, min. 78: Ángel Cambra.

Árbitro: Ángel Montaner. Mostró cartulinas amarillas al local José Manuel y a los visitantes Javier Lacabe y Néstor García.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima jornada de la Segunda Preferente. Mañana soleada y de agradable temperatura, excepto en los banquillos a la sombra, donde sigue haciendo fresco a primera hora. Jesús actuó una jornada más como delegado e Iñaki se acercó a apoyar a su equipo. La red que hay detrás de la portería que da al parque de detrás del campo y que estaba pendiente de ser cambiada, ahora está completamente rasgada.

GINER. Seguramente no era el mejor día para salir al encuentro del líder a pecho descubierto, pero el Athletic Rompeolas se dio el gustazo de pelear por el triunfo frente al CD Veteranos Garrapinillos tratando de llevar la iniciativa y jugando el balón. Y la apuesta le salió bien, pese a que acabase  suplicando el pitido final del árbitro tras cinco minutos de añadido en un final de locos, a punto de desangrarse a balón parado.

Salió victorioso porque siempre fue un paso por delante de su rival. Quizá desde el mismo vestuario, donde se fraguó ese convencimiento de que, pese a las numerosas e importantes bajas acumuladas una jornada más, se le podía hincar el diente a la presa. Daba esperanzas aunque también podía llevar a engaño el recuerdo del encuentro de la primera vuelta, cuando el equipo del barrio rural se escapó vivo por la ingenuidad del conjunto avispa, entonces todavía blanquinegro.

Javier Chivite regresó a la portería dos jornadas después y cuajó una actuación sobresaliente pese a encajar tres tantos. La ‘random’ zaga, nuevamente inédita, estuvo formada por Sierra y Jordi en los laterales y Juan y el reaparecido Dioni, que regresó con buen tono tras más de un mes de ausencia. La pareja de centrales disipó las dudas que podían generar por aparentar blandura y suplió esa falta de contundencia con concentración y agilidad. Trabajo no faltó con los continuos movimientos de desmarque de José Cambra, ariete visitante.

Por delante, el Rompe sacrificó la pegada de sus dos máximos goleadores en detrimento de garantizarse el equilibrio en la parcela ancha y la salida limpia de la pelota. José Manuel actuó de pivote como ya hiciera en Leciñena y Santi Mur exprimió su velocidad y garra por el costado derecho. El nueve de los locales sufrió alejado de donde la pelota cobra velocidad y en varios momentos sintió el agobio de verse presionado como último centrocampista en un espacio reducido. Rober trabajó de lo lindo en ataque y defensa. Por las bandas, Joaquín, que venía de cruzarse España en ruta carnavalera, sumó más kilómetros por la parte izquierda, mientras que Santi Mur batalló por el otro lado y acabo encontrando el premio del gol.

En punta de lanza, Dennis acabó comprobando por sí mismo que puede ser un interesante delantero centro si trabaja al espacio y explota su capacidad de desborde en lugar de perderse en conducciones estériles. Su misión era pegarse a los dos centrales y resultar una amenaza constante a su espalda. Durante el primer tiempo no hizo mucho caso porque ya se sabe que la cabra tira al monte, pero tras el descanso lo bordó.

El dibujo parecía hecho a mayor gloria de Posadas: buenos pasadores por detrás, apoyos dispuestos por las bandas y espacio por delante para moverse a sus anchas. Y en un solo partido casi dobló la cifra de goles que sumaba hasta ahora (tres). Bien es cierto que, en la acción del 1-0, minuto 9, el árbitro, con buen criterio, le adjudica el tanto por ser el último futbolista del Rompe en tocar el balón, pero, en realidad, su segundo centro tras desbordar dentro del área por la parte izquierda acabó en la red luego de impactar en el cuerpo de Armando Escudé.

 

El Rompeolas encontró la forma de generar peligro una vez superaba la línea de presión del centro del campo rival. Posadas volvió a colarse a la espalda de los centrales y tras controlar un envío aéreo con su rodilla derecha, conectó una volea por encima de la salida del portero y el balón acabó en la red, aunque el árbitro vio un discutido fuera de juego en la acción. Los locales estaban  advertidos de en que su empeño por jugar el balón no podían enredarse perdiendo la posesión en la transición entre la defensa y el centro del campo, agujero negro que tantas veces condena la buena intención de los avispas.

 

Lo cierto es que tras adquirir la ventaja mínima en el marcador y ver cómo el árbitro anulaba el 2-0, el Garrapinillos redobló su presión y mostró sus hechuras de equipo poderoso. Por fuerza, por intensidad y por nervio se comieron a los locales, que ya apenas salieron de su campo en todo lo que restó del primer tiempo. La pareja de centrales avispas sostuvo la línea de cuatro permaneciendo muy atentos a los movimientos de Cambra, bullicioso y propenso también a caerse al suelo. Los del barrio rural acumularon numerosos saques de falta laterales que no pudieron aprovechar. Más cerca estuvieron del gol con un lanzamiento directo de Jorge Rodríguez (dorsal 24) que salió rozando la base del palo izquierdo del portal de Javi y en una indecisión de la defensa del Rompe sacando la pelota en corto, que brindó un mano a mano de José Cambra frente a un inspirado Chivite que evitó el tanto sacando una mano providencial.

 

El delantero del Garrapinillos José Cambra (22) busca el desmarque a la espalda de Juan y delante de Dioni.

 

Tras el descanso, los visitantes volvieron a atemorizar de salida con varios balones colgados al área y Javi exhibió nuevamente sus reflejos con varios despejes al límite.

El Garrapinillos estaba volcado para equilibrar cuanto antes el marcador y por eso apenas se inquietó por el balón prolongado que la zaga local achicó hasta dar un primer bote unos pocos metros más allá de la línea del centro del campo. Posadas llegó a recogerlo antes que su marcador y eso condenó a éste. Orillado como estaba en el costado derecho, se acomodó la pelota con el cuello y empezó a a amasarla con su pierna derecha como buen obrador de regates. El pegote de masa madre fue cogiendo forma entre los pies del diez del Rompeolas mientras llegaban más clientes deseosos de probar la receta. Un toque hacia fuera, otro hacia dentro, una finta,dos recortes… el serpenteo con la cabeza gacha del que obvia lo que hay alrededor porque solo importa seguir avanzando con el esférico. Con esas maniobras, quedaron por el camino tres defensores del Garrapinillos y, en el momento preciso, Posadas levantó la mirada para meter un pase suave por dentro con el que Dennis se plantó en solitario frente al portero Luis Forcén y envió el esférico a la red, 2-0.

Pudo llegar el tercero a balón parado tras un saque de esquina que Posadas dejó pasar y Joaquín cabeceó de pasada, pero el portero visitante sacó una mano providencial. Del peligro en un área se pasó al de otra. Con la defensa del Rompeolas quizá demasiado hundida atrás, José Cambra aprovechó la desatención de su marcaje para quedarse suelto dentro del área y enviar a la red un balón repelido por Javi tras un disparo desde lejos, 2-1. Había sido una acción aislada, un despiste puntual, pero sirvió para prender la mecha de un partido a partir de entonces explosivo. El líder vio muy cerca el empate y dio más trabajo a Javi, de nuevo magistral bajo los palos.

Pero habían transcurrido únicamente dos minutos cuando una salida al contragolpe de Dennis por la derecha sirvió para que los locales pusieran de nuevo tierra de por medio en el tanteador. Avanzó tanteando las posibilidades de desborde hasta que sorprendió sacándose un centro al interior del área donde Santi Mur se adelantó a su marcador para hacer el tercero. Posiciones intercambiadas, movilidad, aprovechamiento de espacios y precisión para poner definitivamente contra las cuerdas al líder.

 

Los once jugadores del Athletic Rompeolas dentro de su propio área para defender un saque de esquina en una acción del primer tiempo.

 

O no, porque  el empuje visitante arrinconando a los avispas en su área dejó a la vista una desatención preocupante a balón parado y una blandura desesperante en los despejes. Rojiblancos sueltos por todas partes, complicaciones innecesarias y errores quizá fruto ya del cansancio convirtieron el campo del Rompeolas en una guerra de nervios en la que cada acercamiento rival era una ocasión de gol. El 3-2 llegó mediante un remate de cabeza dentro del área pequeña ante la exasperación ya del banquillo local por tanto descontrol. Un vaivén continuo que no buscaba el Rompeolas pero al que tuvo que hacer frente como pudo.

Y pudo porque aún pudo dar un zarpazo más. Joaquín centró desde el costado izquierdo, el balón alteró su trayectoria tras golear en un defensor y cayó a los pies de Posadas en el segundo palo. El diez del Rompe, amagó con disparar y recortó hacia dentro haciéndose sitio para lograr el 4-2 con su pierna izquierda. Nuevamente la tranquilidad duró un suspiro. Santi Mur pidió el cambio  por una lesión muscular y Ernesto salió para tapar la banda derecha. Luego aportaron algo de oxígeno Ángel por Joaquín y Mario Lafuente por Sierra. Pero el Veteranos Garrapinillos no cedió nunca y, en otra jugada a balón parado, volvió a dejar en evidencia la concentración defensiva de los locales apretando al límite con el 4-3.

De ahí, al final, prolongado por el árbitro con cinco minutos angustiosos de tiempo añadido, el balón ya no salió del campo del Rompeolas  entre idas y venidas, despejes agónicos, duelos aéreos y muchas reclamaciones de unos y otros.

 

 

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