Athletic Rompeolas 2 Bar Estudiantil 2

Empate en la indefinición

Athletic Rompeolas y Bar Estudiantil ofrecen un encuentro vibrante y disputado pero suman solo un punto que les obliga a seguir mirando con recelo la parte baja de la clasificación

 

Jordi trata de sacar el balón jugado desde el perfil izquierdo. 

 

Athletic Rompeolas  2 

Dani Laparra; Sierra (Joaquín, 25), David González, José Antonio, Mario Lafuente (Ernesto, 40); David Soriano, Rober, Juan, Jordi, José Manuel; Santi Mur.

 

Bar Estudiantil          2

1 José Correas; 2 David Ferrer, 4 José Ascaso, 17 Cristian Villar, 18 Pablo Navas, 6 Aitor Palos, 20 Santiago Londoño, 10 Francisco Camacho, 8 Víctor Argachal, 16 Diego Argachal, 5 Álvaro de Alvaro.

Goles: 1-0, min. 45: José Manuel. 1-1, min. 60: Aitor Palos. 2-1, min. 63: Santi Mur. 2-2, min. 70: José Ascaso.

Árbitro: Byron Arcio Ilaquize Licintuña. Mostró cartulinas amarillas a los locales Mario Lafuente, José Antonio y Kike y a los visitantes Aitor Palos, Álvaro de Álvaro y Víctor Argachal.

Incidencias: Decimoctava jornada de la Laboral Segunda Preferente. Mañana soleada y temperatura agradable. Antes del comienzo del choque, ambos equipos y el árbitro guardaron un minuto de silencio por el fallecimiento el pasado domingo 4 de febrero del jugador Eduardo Navarro Cueto en el Parque Deportivo Ebro durante la disputa de un partido de la liga Delicias FutZaragoza. En el Athletic Rompeolas, Jesús actuó una jornada más como delegado y Kike, que también ocupó plaza en el banquillo, se ocupó de la parcela técnica. Los locales no pudieron contar por distintos motivos con Posadas, Dioni, Dennis, Pablo y Alberto. Por el Bar Estudiantil destacó la ausencia por lesión de su goleador Eduardo Giménez.

Los dos equipos y el árbitro, en el centro del campo durante el minuto de silencio.

 

 

GINER. La tranquilidad clasificatoria es un estado del que difícilmente va a poder disfrutar esta temporada el Athetic Rompeolas. Por la igualdad existente entre los seis equipos que pelean por escapar del puesto undécimo, la tercera plaza que condena al descenso y que ahora mismo queda a seis puntos, y por sus problemas para acertar con las porterías rivales, los de Torrero no pueden dejar de mirar de reojo la parte baja de la tabla por más que su juego dé para aspirar a cotas más altas.

Rompeolas y Bar Estudiantil no se mostraron sobrados de puntería precisamente en esta ocasión y quizá por eso acabaron firmando un empate a dos tras un encuentro vibrante no exento de jugadas polémicas en el que los locales se adelantaron por dos veces en el marcador, lo que no evitó que el empuje de los cartujanos, privados por lesión de su máximo artillero Eduardo Giménez, devolviera el equilibrio como mal menor. Un mal menor en forma de punto que les sirve para amarrar el golaveraje particular y seguir por delante en la tabla.

El conjunto avispa debía calibrar el impacto que supuso la dura derrota sufrida en Leciñena y, por lo visto en el campo del Giner, puede considerarse un accidente fruto de las circunstancias. Regresaron a la convocatoria jugadores importantes como Dani Laparra, David González, David Soriano y Juan, este último ausente las tres últimas jornadas, y el equipo mostró el empaque necesario para pelearle los puntos al segundo máximo goleador de la competición.

El Bar Estudiantil comenzó dominando como acostumbra con esa potente dupla en el centro del campo formada por Santiago Londoño y Francisco Camacho. Pases rápidos y precisos para sacar la pelota jugada y buscar las incursiones por las bandas. El Rompeolas aguantó el sitio y encontró en el contragolpe el arma para hacer daño. A los diez minutos Santi Mur se quedó sólo delante de Correas pero dudó en el mano a mano y el portero visitante le robó el esférico. Y, poco después, de nuevo el 15 del Rompe burló la vigilancia de la zaga azulona y repitió duelo delante del arquero, pero esta vez optó por pasar a la derecha por donde llegó Juan, que con todo a favor, chutó blando y el balón se marchó fuera muy cerca de uno de los palos.

La falta de pericia en el remate privó a los locales de cobrar ventaja antes de que aparecieran los problemas. Sierra, muy exigido en el arranque por su banda, sintió molestias musculares y tuvo que pedir el cambio antes de la media hora. Lo reemplazó Joaquín, cuya entrada retrasó a Jordi al lateral y desplazó a Mario al costado derecho. El Bar Estudiantil desbordó por las bandas y disfrutó de un par de remates claros dentro del área que acabaron contra la valla. Del doble susto, el Rompeolas pasó a la incredulidad cuando a la media hora Juan tiró un desmarque en diagonal que gracias a la maestría de José Manuel lo dejó solo delante de Correas, pero el centrocampista del Rompe, convertido una vez más en el pagafantas del área, envió blandito a las manos de Correas.

Aún hubo tiempo para la polémica por un claro penalti del central local José Antonio sobre el punta Diego Palos que el árbitro no vio. Y no extraña que no lo viera dada la escasa movilidad de Ilaquize Licintuña para quien el centro del campo pareció sembrado de carteles con el lema Non plus ultra. Camino de los vestuarios perdió buena parte de su autoridad ganada durante el primer tiempo consintiendo las por otra parte comprensibles protestas de los azulones, alguno ya con tarjeta amarilla, que no fueron cortadas de ninguna forma.

 

 

En el descanso, Mario Lafuente, en peligro por haber visto una cartulina amarilla, fue reemplazado por Ernesto. El Rompeolas se concienció de que el amagar y no dar no llevaba a ninguna parte y de que cualquier acercamiento era bueno para ensayar el disparo. Así, tras un par de buenas jugadas, José Manuel, atareado hasta entonces en la suerte del último pase, se encargó de mostrar el camino. Recibió una asistencia de Jordi en la frontal del área y, tras un regate para hacerse sitio, envió con mimo el esférico a una escuadra con su pierna derecha, 1-0, su noveno tanto en doce partidos.

El Bar Estudiantil se lanzó arriba para neutralizar la ventaja y presionó aún con mayor insistencia en el centro del campo. Puso cerco al área de un nervioso Dani Laparra con envíos en largo por el centro y por los costados y saques de banda convertidos en proyectiles sobre el área pequeña. De fuera vinieron a enseñarle al Rompeolas cómo se saca partido de las peculiaridades de su campo pequeño. Como si el Séptimo de Caballería arrasase un poblado indio lanzando flechas. Inaudito.

El agobio visitante se vio acrecentado por la escasa contundencia de los avispas en los despejes y por varias decisiones del árbitro que, a vista de pájaro, castigó con fueras de juego dos salidas al contragolpe de Joaquín y Santi Mur, quienes partían de su propio campo y ya se quedaban solos delante del portero rival. De lejos, siempre de muy lejos. El temido empate acabó llegando en el minuto 60 tras una jugada de Diego Palos que conectó con su hermano Aitor para que éste de cabeza devolviese la igualdad al marcador.

El Rompeolas no se hundió y esperó una nueva oportunidad de contragolpe para sorprender a una defensa rival demasiado alegre en los marcajes. Jordi asistió a Santi Mur, que se batió en duelo de velocidad con su par y acabó dentro del área resolviendo, esta vez sí, con autoridad ante Correas para poner de nuevo en ventaja a los locales, 2-1 y tercer gol consecutivo de Santi en tres jornadas. 

A partir de entonces faltó oficio para detener el partido. El Bar Estudiantil encontró un filón en el balón parado. Cada saque de banda era una guerra de nervios dentro del área de los locales, incapaces de mostrarse expeditivos. El manual de resistencia de asedios aéreos dice que no es el remate directo la principal amenaza sino la segunda jugada, acción sagrada que exige concentración y contundencia. Un poco de todo eso faltó en el minuto 70 cuando José Ascaso, otra vez con la testa, consiguió el 2-2 a la postre definitivo.

Para colmo, José Manuel sintió un pinchazo en un desplazamiento en largo y tuvo que retirarse lesionado. Entró en su lugar Ángel. Hasta el final, el Rompeolas aguantó como pudo ese punto que eleva a seis la distancia con el descenso. Seis puntos que son siete por tenerle ganado el golaveraje a La Parada Deportivo Onairam. Y restan siete jornadas. Queda mucho y más largo que se hará salvo que el conjunto del Pichichi de la categoría se desfonde.

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