Athletic Rompeolas 1 – AD San Miguel 1
Los líderes son menos líderes en el García Traid
El Athletic Rompeolas vuelve a ofrecer su mejor versión y frena al San Miguel, uno de los máximos favoritos al ascenso
José Antonio adelanta a los naranjas con un tanto lleno de potencia y desparpajo y Bartolomé empata tras recoger un balón suelto en el área
Athletic Rompeolas 1
Javi; José Sierra (Ángel, 72), Kike (Mario, 65), José Antonio, David González; Julio (Pablo, 57), Rober, Augusto (David Orcajo, 57), Joaquín, Coke; Posadas.
AD San Miguel 1
Joven; Tito, Galindo, Bartolomé, Penco; Lorente (García, 49), Édgar, Villacampa, Artajona (Díaz, 41); Dueñas (Narro, 41), Pedroso.
Goles: 1-0, min. 18: José Antonio. 1-1, min. 37: Ricardo Bartolomé.
Árbitro: Bailín Marcuello. Mostró cartulinas amarillas a los locales Augusto, Posadas y Javi y a los visitantes Artajona, Bartolomé y Díaz.
Incidencias: Mañana fría y con una espesa niebla. Ambos equipos juegan sus partidos como locales en el García Traid, pero en esta jornada, el equipo anfitrión era el Athletic Rompeolas. Presenciaron el partido desde detrás del banquillo local Iñaki y Mario, este último hasta la pasada temporada perteneciente al Rompeolas. El choque supuso también el reencuentro de viejos compañeros: Tito, ahora en las filas de la AD San Miguel, formó parte durante varias temporadas del cuadro local.
GARCÍA TRAID. Tres líderes han pasado ya por el García Traid y todos ellos, inmediatamente después, han perdido su condición de primeros en la clasificación de la Segunda Preferente del fútbol laboral en Zaragoza. Ni el Bar El Templo (antes conocido como Artideco), ni el CD Veteranos Garrapinillos ni, en esta ocasión, la AD San Miguel, han podido con el rigor mostrado en su feudo por el Athletic Rompeolas, un equipo muy irregular que tan pronto es capaz de quedar en evidencia en Leciñena como de hacer tres tantos a uno de los equipos más seguros de la competición.
Como esta vez tocaba un miura, los de Kike se pusieron el traje de faena. Bien es cierto que el choque contra el primer clasificado y a priori máximo favorito al ascenso venía alimentado por el morbo de ver en acción con la camiseta verdiblanca a Tito, ex del Rompeolas. Su presencia animó una convocatoria local últimamente escuálida. Y es que nadie quería perderse el duelo.
Kike preparó la alineación a conciencia. Situó como laterales a David González y José Sierra, rápidos como podencos y decididos como canes zarceros, para tapar las continuas y peligrosas subidas de Tito y Artajona por la derecha y de Villacampa por la izquierda. En el centro, Julio fue el mástil al que Rober siempre pudo agarrarse para no perder el rumbo, Joaquín buscó debilidades a la espalda de Tito as cosquillas al flanco derecho del San Miguel y arriba, Coke y Posadas se bastaron para dar abundante trabajo a una zaga experimentada, con el veterano Galindo al frente.
La AD San Miguel cogió las riendas desde el primer momento de la mano de Édgar y Adrián. Tocando fácil en el centro y saliendo rápidamente por las bandas, especialmente por la derecha con las galopadas del incansable Tito. Mas se encontraron con un oponente respondón y nada sumiso, que sí, cedió terreno para arroparse, pero salió con sentido al contragolpe cada vez que tuvo ocasión. Coke y Posadas, casi siempre de espaldas o mirando de reojo la meta rival, ofrecieron desahogo al centro del campo del Rompeolas y obligaron a la defensa verdiblanca a extremar la precaución.
Seguramente el hecho de que el Rompeolas se pusiera por delante en el marcador resultó determinante para el devenir del choque. Alteró el plan inicial del líder, centrado en superar con paciencia la red defensiva, pero sin encontrarse demasiada resistencia, y asentó la apuesta local de juntar líneas y buscar las cosquillas a la zaga rival.
La primera alegría ofensiva de los locales llegó en el momento en el que Posadas se asomó al área por el flanco izquierdo. Allí recibió un pase de José Sierra -qué pocos balones rifa este hombre-. El delantero del Rompeolas trató de disparar a puerta, pero Galindo llegó a tiempo a tapar el lanzamiento. Luego forzó un saque de esquina que José Antonio estuvo a punto de rematar.
Tras aguantar el tipo en un balón colgado al área de Javi, José Antonio cortó un balón en defensa e inició el contragolpe de los naranjas. En una de sus típicas arrancadas desmesuradas, el central del Rompe encontró el apoyo de Posadas, agazapado en la izquierda. A su encuentro acudieron alarmados Tito y Galindo, que en su empeño por cortar el paso al habilidoso delantero chocaron y cayeron como bolos. Un regalo que Posadas aprovechó para servir en bandeja un centro en su punto para la fervorosa carrera de José Antonio. Dicen que se oyó una voz conocida que dijo «dejadle solo, que es José Antonio». Pero allí mismo se apareció a los incrédulos el espíritu de aquel delantero de Agustinos que los marcaba a pares para reventar el balón contra la red de Joven.
La reacción de la AD San Miguel no se hizo esperar. Sus líderes dentro del campo llamaron al orden y lanzaron al equipo contra el área rival. Édgar cazó un balón suelto al borde del área y su disparo seco, levitando a ras del verde, obligó a Javi a estirarse para sacar una mano abajo junto a la cepa del poste derecho y desviar el esférico a saque de esquina.
Sin descanso, la atención iba de una portería a la otra. Los movimientos al espacio de Posadas y las carreras de Augusto mantenían en tensión a la zaga del San Miguel, que replicaba rápidamente enviando balones a los jugadores de banda que sembraban de incertidumbre el área de un Javi más dispuesto a las salidas que en otras ocasiones.
El partido era eléctrico. El pulso, desigual sobre el papel, se había convertido en un duelo de poder a poder en el que se metía la pierna con nobleza pero sin contemplaciones. El árbitro, Bailín Marcuello, habitual perejil de todas las salsas, elevó la tensión de unos y otros con su desconcertante criterio sancionador.
En el minuto 37, tras una innecesaria falta lateral de José Antonio, Édgar centró templado al corazón del área buscando la testa de Galindo, una jugada que se repitió en muchas ocasiones. El central del San Miguel no llegó a conectar su remate, pero el balón quedó muerto a los pies de Javi, que sin reacción, no pudo evitar que Ricardo Bartolomé lo empujara a la red, 1-1.
Un empate demasiado fácil para un equipo que debía extremar las precauciones en defensa si quería sacar algún punto.
A la anterior jugada polémica de la caída de Augusto dentro del área cuando tenía ya ganada la posición a Penco, le sucedió la señalización de un fuera de juego del todo discutible a Pedroso, muy hábil delantero de la AD San Miguel, cuando se marchaba solo por el centro.
Antes del descanso el Rompeolas tuvo su segunda buena ocasión con un balón embarullado dentro del área por la falta de pericia en el despeje de la zaga verdiblanca. Pero la volea de Joaquín salió ligeramente desviada.
En el segundo tiempo la AD San Miguel aumentó su dominio. Movió el banquillo dando entrada a Díaz, García y Narro y siguió buscando con ahínco el portal de Javi, aunque no pudo avasallar en ningún momento a su oponente. El empuje de Villacampa y la amenaza constante de Galindo en el juego aéreo, además de un par de malos entendimientos entre Kike y Javi acrecentaron el temor local a la remontada. El Rompeolas, reforzado con las entradas en el campo de Pablo, David y luego Mario, se veía con opciones de salir al contragolpe con peligro pero Posadas y Coke no anduvieron finos con el balón.
Solamente a balón parado estuvo cerca de romper todos los pronósticos. La bota derecha de Coke dibujó una rosca que impulsó el balón de arriba abajo y de fuera adentro, pero Joven, muy atento, despejó a saque de esquina.
Dado el evidente paso atrás del Rompeolas, Édgar asumió definitivamente el mando de las operaciones y buscó el balón en posiciones defensivas para subirlo con celeridad hacia el ataque. Cerca del final José Sierra sacó sobre la línea de gol un remate de Galindo, convertido ya en delantero a lo Alexanco. En otra acción posterior, un centro desde la derecha no fue aprovechado por ninguno de los tres atacantes del San Miguel que aguardaban al segundo palo.
El gol visitante parecía estar al caer, pero Javi se encargó de cambiar el curso normal de los acontecimientos con una sensacional parada a tiro de Villacampa con la que el Athletic Rompeolas terminó por atar el empate frente al líder, que esa misma mañana dejó de serlo.

El San Miguel es un equipo experimentado que no se anda con remilgos. Si hay que cortar el juego, se corta.