AD Urriés 1 – Athletic Rompeolas 2
El Athletic Rompeolas acaba el año instalado en la zona templada tras encadenar su tercer triunfo consecutivo

AD Urriés 1
Víctor Ramos, Carlos Gómez, Diego Julián, Ignacio Martín, Javier Carazo, Ricardo, Diego Murillo, Jonatan Martínez, David de Benito, José Martínez, Cristian Santiago.
Athletic Rompeolas 2
Dani Laparra, Dioni, Alberto (Mario, 73), José Antonio, Jordi, David González, Rober, Santi (Ernesto, 65), Dennis, José Manuel, Posadas (Ángel, 75).
Goles: 0-1 min. 5: Posadas. 0-2 min. 69: Rober. 1-2 min. 80: José Martínez, de lanzamiento de falta.
Árbitro: C. Martínez. Mostró cartulinas amarillas a los locales Diego Murillo, Javier Carazo y José Guillén y a los visitantes Dani Laparra y Jordi.
Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de Segunda Preferente. Mañana de agradable temperatura y cielo nublado. Durante la mayor parte del primer tiempo se jugó con iluminación artificial y en el último tramo del encuentro llovió ligeramente. Acudieron a apoyar al Rompeolas Iñaki y Visiedo.
JOSÉ LUIS VIOLETA . El Athletic Rompeolas acaba el año 2018 en la zona templada de la tabla, a la misma distancia (cuatro puntos) de los puestos de descenso que del segundo clasificado, después de sumar frente a la AD Urriés su tercer triunfo consecutivo con el que acumula ya seis jornadas invicto, una racha positiva a la altura sólo del líder Rayo Pinares (siete semanas sin perder) y del Olímpico Torrero (cinco jornadas) que le ha permitido poner cierta distancia con la zona de peligro después de un comienzo otra vez ciertamente complicado.
Esas dificultades en el arranque liguero, con dos derrotas en las dos primera jornadas, parece ya superado, tanto por las famosas (buenas) sensaciones que viene ofreciendo el equipo casi desde el primer día, como por los resultados que, ahora sí, ya están llegando. La prueba de que el bache inicial parece superado es que las tres derrotas que acumula el conjunto blanquinegro en su casillero se produjeron frente a equipos que ya figuran por detrás en la tabla clasificatoria (Mortis, Bar Estudiantil y Porvenir).
Y ello pese a la cruz que arrastra el equipo de Torrero en la faceta realizadora. Tras la disputa de la undécima jornada, ya es con 12 goles el equipo del fútbol laboral zaragozano que menos acierta con la portería contraria. Ni en Primera laboral, ni en Segunda Preferente ni en ninguno de los dos grupos de Segunda hay un solo conjunto que haya marcado tan pocos goles.
Esas enormes dificultades para perforar el marco rival volvieron a quedar de manifiesto el pasado domingo frente a la UD Urriés. Por muy superior que se mostrase el Athletic Rompeolas desde el pitido inicial, por mucho que se adelantase en el marcador en el minuto cinco por medio de un redimido Posadas y por más ocasiones claras de gol de que dispusiera, el conjunto blanquinegro volvió a vivir atormentado en la incertidumbre del 1–0, a merced de cualquier error o carambola fatales.
La racha positiva de los de Torerro, su nueva convocatoria mayoritaria así como las tres bajas del rival por sanción (Arróspide, Richart y Latasa) invitaban al optimismo, pero en ningún caso permitían aventurar las facilidades que se encontraron los visitantes, que vivieron seguramente el primer tiempo más plácido de cuantos han tenido que afrontar hasta ahora. El centro del campo del Rompe hizo circular el balón de un lado a otro a su antojo, la defensa inició las jugadas desde atrás con relativa facilidad y las llegadas al área de Víctor Ramos se sucedieron.
No es que la AD Urriés se viera mermada por las bajas, es que sus jugadores, los que sí estaban, llegaban tarde a los cruces casi siempre y no mostraban demasiada intensidad en los balones divididos. Posadas abría en canal la defensa local viniendo a recibir entre líneas mientras que David González, Rober y José Manuel se pasaban la pelota entre ello con todas las facilidades del mundo. Como nunca. Pases por el centro, apoyos, giros sobre sí mismos… Dennis descubrió la debilidad del lateral derecho del Urriés y penetró por su banda una y otra vez. En pocos minutos, el Rompeolas ya había acumulado varias ocasiones claras de gol hasta que, en uno de esos acercamientos, José Manuel metió un balón al interior del área para Posadas, que se dio la vuelta y, con su pierna izquierda, envió la racha de nueve meses sin marcar al baúl de las historietas.
¿El rival tenía pulso? Digamos que había vida en su banda izquierda, donde José Martínez trataba de abrir una vía de escape para los suyos. No la había hallado por el costado defendido por un Jordi sobrado de recursos y contundencia para frenarlo, así que el 10 de los locales emigró al centro en busca de mayor influencia. Allí se vio más liberado y comenzó a enviar balones a la espalda de la zaga visitante, especialmente por el lado de un desubicado Dioni. Por eso y porque el ataque del Rompeolas se recreó en regates estériles y acumuló muchas pérdidas de balón, la AD Urriés salió del agobio de verse siempre a merced de su rival e incluso contó con varias acciones de peligro. Un chut muy lejano cuyo bote final casi traiciona la confianza de Dani Laparra y un cortocircuito de éste cuando entregó el esférico con la mano a un atacante local, fueron sus formas de rondar el empate.
En un partido de escaso nervio que tuvo que recibir iluminación artificial hasta que el sol hizo un mínimo acto de presencia, el árbitro se convirtió en protagonista pasando por alto casi todas las faltas cometidas por unos y otros y amonestando ante cualquier comentario o leve protesta que se producía. El juez trasladó a este encuentro la polemica generada siete días antes en el duelo Bar Estudiantil-Urriés, en el que dos jugadores visitantes fueron expulsados. Martínez quiso cortar por lo sano cualquier mínimo atisbo de protesta, pero olvidó que la llama prende no sólo por la mala educación de los jugadores, sino por el desgobierno que provoca la impunidad. Pero ni con eso la balsa de aceite que era el partido se alteró.
Hasta el descanso, el Rompeolas apenas sumó acercamientos al área local. Concentró su juego en la banda izquierda de Dennis y dio de lado a Santi Mur, desesperado por desbordar por el flanco diestro.
Tras el descanso, la AD Urriés optó por jugarse todo a la carta de José Martínez. En lugar de seguir generando juego y opciones de salida entre líneas, el 10 rojinegro se situó en punta y buscó continuamente la espalda de la zaga del Rompeolas. Su influencia creció esta vez porque sus compañeros dieron un paso adelante y discutieron el dominio del centro del campo, que el Rompeolas acabó perdiendo en favor de las salidas al contragolpe.
José Antonio y Alberto extremaron la vigilancia sobre el ariete José Martínez, a fin de cuentas la gran baza local, mientras sus compañeros de ataque se hinchaban a pillar la espalda a una defensa del Urriés entregada a la ruleta rusa. Dos fueras de juego y una ocasión clara de gol del Rompeolas. Otro pitido salvador del árbitro y tres llegadas más.
Los desbordes de Santi Mur, la punta de velocidad de Dennis, los regates de Posadas… El cuadro local estaba para la estocada definitiva pero ésta no llegaba. El 10 del Rompeolas volvió a acumular remates a puerta como para haberse destacado como pichichi y Juan, que salió en lugar de Santi, volvió a encontrarse delante de un portero en uno de esos mano a mano que tanto le hacen sufir. Esta vez no estaba Posadas tirado en el suelo con la nariz chafada como para dudar de qué hacer, pero también dudó y acabó disparando al bulto. Y el bulto repelió el disparo. El Rompeolas se recreaba una vez más con la espada y podía acabar corneado.
Alberto puso la pierna para repeler un remate de Jonatan Martínez dentro del área del área pequeña que iba dentro y luego Dani Laparra voló a la escuadra izquierda de su portería hasta sacar el balón tocado con maestría por José Martínez en el lanzamiento con rosca de una falta al borde del área.
La AD Urriés estaba más entera físicamente y al Rompeolas ya le costaba hasta despejar el balón. Tuvo que ser finalmente Rober, el que casi nunca dispara, quien recogiese un balón suelto en la frontal del área y la colocase lejos del alcance del portero Víctor Ramos para que los visitantes resoplasen de alivio al fin con el segundo gol de la mañana.
De ahí hasta el final se trataba de aguantar el tirón y mantener la portería a cero para seguir dándole vueltas al candado de la portería defendida por Dani Laparra, pero la lesión de Alberto, otra vez ese hombro maldito, descentró a sus compañeros, que encajaron un gol de lanzamiento de falta y acabaron pidiendo la hora en un saque de esquina final acongojante.