AD Bar Estudiantil 3 Athletic Rompeolas 1
Reacción sin premio
El Athletic Rompeolas se topa con un brillante José Correas bajo los palos y cae derrotado en su visita al Bar Estudiantil
Joaquín suma su tercer gol de la temporada y Dennis ofrece buenas sensaciones en su debut en el ataque
Bar Estudiantil 3
José Correas; Víctor Argachal, Diego Palos (Javier Gil), Juan Álvarez, Álvaro Álvaro, Eduardo Giménez, Andrés Pinilla, Eduardo Aliu (Cristian Villar), David Ferrer, José Ascaso, Pablo Navas.
Athletic Rompeolas 1
Pablo; Sierra (Dennis, 50), Ricón (Mario Lafuente, 72), Dioni (Ángel, 68), José Antonio; David González, David Soriano (José Manuel, 45), Juan, Joaquín; Rober, Santi Mur.
Goles: 1-0, min. 20: Pablo Navas. 2-0, min. 35: Eduardo Giménez. 2-1, min. 60: Joaquín. 3-1, min. 84: Javier Gil.
Árbitro: Francisco Vicente. Amonestó a los locales Diego Palos, Javier Gil y José Ascaso y a los visitantes José Sierra y David Soriano.
Incidencias: Quinta jornada de liga de Segunda Preferente Laboral. Temperatura agradable. En las filas del Athletic Rompeolas debutó su último fichaje Dennis.
LA CARTUJA. Las buenas sensaciones todavía no dan para salir de la parte baja de la clasificación de Segunda Preferente fútbol laboral Zaragoza. El Athletic Rompeolas volvió a caer derrotado, esta vez frente al Bar Estudiantil y por un más que engañoso 3-1, tras un partido que vino marcado por un primer tiempo a contramano, con un primer gol en contra muy protestado por fuera de juego y un segundo que antes del descanso abrió una brecha a la postre insalvable.
La reacción en el segundo tiempo del equipo blanquinegro, que recortó la distancia y puso contra las cuerdas a los locales, no fue más allá por las estupendas intervenciones de José Correas bajo los palos. Y, en el último minuto del tiempo añadido, la crueldad del 3-1 final.
El Bar Estudiantil tomó la manija del juego desde el inicio mientras el Rompeolas aguardó agazapado en su campo. Los locales gobernaban bajo el mando de Diego Palos y la amenaza constante de Eduardo Giménez, apostado en la banda izquierda.
Kike apostó de inicio por dar continuidad al bloque de las últimas jornadas con una defensa ya bastante asentada, en la que Dioni y Javi Ricón formaron la pareja de centrales, mientras que Sierra y José Antonio se situaron en los laterales. Por delante, David González y David Soriano abarcaron muchos metros en el centro del campo y Juan y Joaquín trataron de profundizar por las bandas. Rober fue el encargado de hacer de enlace con la delantera y Santi actuó como referencia ofensiva.
Bien fuera por el poderío de los azulones en el centro del campo o porque la sombra de la baja de Posadas comienza a hacerse alargada, los blanquinegros tuvieron poco el balón bajo su control y abusaron de los envíos directos, lo que facilitó la tarea de la zaga local.
Más trabajo tuvo que asumir la defensa del Rompeolas, amenazada por el costado de Juan y Sierra, demasiado adelantados para la peligrosidad que representaba en todo momento Eduardo Giménez. Esa sensación de estar desubicados se trasladó a todas las zonas del campo. Los visitantes llegaban tarde a los cruces y cometían demasiadas faltas absurdas.
Pero la mañana se empezó a torcer realmente a partir del minuto 20 cuando un balón devuelto al corazón del área por el Estudiantil tras un saque de esquina encontró a Pablo Navas completamente solo dentro del área y éste cabeceó el esférico a la red a placer mientras el Rompeolas colmaba al árbitro con sus protestas por entender que el jugador local se encontraba en una evidente posición de fuera de juego.
El conjunto de Kike tuvo el empate en un contragolpe muy claro que no supo resolver pese a presentarse cuatro atacantes (Joaquín, Soriano, Juan y Santi) frente a sólo dos defensores (portero aparte). El bravo centrocamposta David Soriano optó por chutar desde el borde del área ajustando su tiro a un palo y, cuando el banquillo visitante ya casi celebraba el empate, José Correas sacó una mano felina para despejar el peligro.
Del posible equilibrio, se pasó en un momento al chasco del 2-0. El partido se había agitado y, en ese ida y vuelta, Eduardo Giménez suele moverse como pez en el agua ocupando los espacios que se generan entre las líneas rivales. Una grave desatención propició que el 14 del Estudiantil rematase solo dentro del área el segundo de la mañana.
El paso por el vestuario sirvió para que los visitantes se relamieran las heridas. Había que situarse mejor sobre el terreno de juego, estar más tranquilos con el balón y dejar de dar facilidades.
Las reconvenciones surtieron efecto porque, tras la reanudación, en el Athletic Rompeolas abundaron las miradas de convencimiento. Y eso, con dos goles abajo, es mucho. La referencia ofensiva de los locales pasó a entrar por la banda derecha y por allí se extravió.
Kike fue moviendo el banquillo para alimentar esa reaccion. Jose Manuel dio el relevo a un entonado David Soriano, que sin embargo peligraba por su ímpetu en los balones divididos pues ya llevaba una tarjeta regalo de Francisco Vicente. El 9 del Rompe se colocó como media punta y restableció las conexiones entre líneas con un juego sencillo y eléctrico, mientras que su compañero Rober retrasó su posición para ayudar a David González en el centro del campo.
El porcentaje de posesión de unos y otros se equilibró y los blanquinegros pasaron a jugar más tiempo en el campo del rival. En el minuto 50, traed madera, Sierra se marchó a la ducha y entró en el campo el debutante Dennis, delantero del que se espera mucho. La modificación conllevó pasar a jugar con una defensa de tres centrales (Dioni, Ricón y José Antonio)
El empeño por acercarse en el marcador dio su fruto en el minuto 50 cuando Joaquín remató un centro puesto desde la parte derecha. Con el 2-1, el Rompeolas se adueñó definitivamente del partido e hizo trizas la zaga local, pero siempre se dio de bruces con el portero Correas. Hasta cinco ocasiones claras de gol acumuló el cuadro de Kike en sus mejores momentos. En esa mejoría colectiva destacaron la movilidad y la implicación Dennis, que incluso salvó un gol en contra, así como el criterio con la pelota de José Manuel.
Al dominio cada vez más intenso del Rompeolas, respondieron los locales con el arma del contragolpe buscando el tanto de la tranquilidad. Pablo apareció para dejar también su sello bajo los palos sacando una buena mano arriba con la que evitó el 3-1.
La musculatura de Dioni tocó la campana otra vez y el zaguero tuvo que dejar su sitio a Ángel, que se colocó como delantero junto a Santi. El Rompe quemaba sus naves sumando cada vez más efectivos al ataque. A falta de ocho minutos, Mario Lafuente dio descanso a Javi Ricón y aún se pudo ver el habitual movimiento a la desesperada de José Antonio como delantero flotante.
El árbitro alargó el partido hasta nueve minutos y en el último de ellos el Bar Estudiantil asestó el golpe definitivo al contraataque por medio del recién ingresado Javier Gil .